Un estudio de la Universidad de Tufts, EE.UU., descubrió que la soya no es tan perjudicial para las mujeres con cáncer de mama como se creía.
Investigadores, dirigidos por el doctor Fang Fand Zhang, se dieron a la tarea de revelar que las mujeres de países asiáticos que comen grandes cantidades de soya diariamente tienen menos probabilidades de morir de cáncer de mama.
El informe de este estudio se publicó en la revista Cancer, en la que Zhang junto a su equipo de investigación dieron a conocer que aquellas mujeres diagnosticadas con cáncer de mama y que consumen soya no tienen riesgos de morir que aquellas que la consumen poco o no la consumen. De hecho la soya redujo su riesgo de morir (por nueve años). Sin embargo, el doctor Zhang advierte que eso no significa que las mujeres con cáncer deben comenzar a ingerir soya más seguido. El doctor señala que se debe conocer la dosis exacta para que prevenir la muerte por cáncer.
No hay evidencia de que la soya sea perjudicial
En algún momento se creyó que la soya era perjudicial porque contiene isoflavonas, sustancia vegetal secundaria, que actúa de manera similar a la hormona estrógeno y algunos de los cánceres de mama se producen por esta hormona. Por ejemplo cuando las células de la mama se unen con el estrógeno, las células comiencen a crecer incontrolablemente.
De acuerdo al estudio, las isoflavonas de la soya forman un estrógeno más débil que al ocupar espacio en las células mamarias, expulsan al estrógeno más potente causante del cáncer.
El estudio de Zhang analizó alrededor de 6 mil 200 mujeres con diferentes tipos de cáncer de mama, de las que conoció además su dieta. Comparo las tasas de mortalidad con el consumo de soya y encontró que las que comían más soya, fueron 21 por ciento menos propensas a morir durante los próximos nueve años que aquellas que no comían menos o nada de soya. Incluso las mujeres con tipos de cánceres asociados al estrógeno y progesterona positivos no fueron dañadas por la soya.
Aquellas que tomaron anti-estrógeno para tratar su cáncer tampoco representaron un aumento de mortalidad. Por lo que puede decirse que la soya no interfiere con el tratamiento como se había creído hasta entonces.
Zhang cree que las mujeres de todo el mundo se benefician con el consumo de soya, no obstante, habrá que tomar el estudio con cautela ya que todavía se desconoce la dosis recomendada.