El próximo analgésico podría encontrarse en el veneno del pez “Dientes de sable baboso”, que pertenece al género Meiacanthus y a la familia de los blénidos.

De acuerdo con los investigadores de la Universidad de Queensland, Australia, el pez en cuestión tiene caninos curvos en la mandíbula inferior en la que tiene glándulas de un veneno comparable con las sustancias básicas de la heroína.

Bryan Fry, líder del estudio, comentó que el pez tiene la capacidad de inyectar a otros congéneres péptidos opiáceos que tienen el mismo efecto que la heroína o la morfina cuya finalidad es inhibir el dolor más que causarlo.

El experto explicó en la revista Current Biology que un ataque de este pez provoca en la víctima una caída de la presión arterial. “La vuelve más lenta e inhibe los movimientos de la presa. De esta forma, cuando un depredador se traga a uno de estos peces, se ve obligado a escupirlo debido a la inyección que aplica este pequeño agresor”.

El experto en animales venenosos, mencionó que el objetivo de su trabajo es encontrar una oportunidad para usar el veneno de este pez de apenas cinco centímetros de largo como medicamento.

Estos peces son nativos del Pacífico, incluyendo la Gran Barrera de Coral, pero debido a los daños que estos corales reciben, varias especies de peces podrían desaparecer con el tiempo. Si esto ocurre, podríamos perder la oportunidad de usar el veneno de este pez que podría ser la base para la próxima generación de analgésicos.