Una práctica que resulta bastante recurrente es la de tronarse los nudillos de las manos y aparentemente no implica ninguna consecuencia negativa, pero eso no es del todo cierto porque una acción así de simple estuvo a punto de provocarle la amputación de su brazo a un hombre en Estados Unidos.
En este caso, Antoine Boylston es un hombre de 31 años que vive en Kentucky y afirma que desde pequeño ha tenido la costumbre de tronarse los nudillos de ambas manos, pero el problema surgió cuando esta práctica provocó que se le abriera una herida que tenía en un dedo.
A pesar de lo anterior, el hombre continuó con sus actividades rutinarias hasta que un día después empezó a sentir un dolor intenso en su dedo, por lo que acudió a un hospital cercano para recibir atención y debido a que los médicos no lograron identificar al instante el problema, le practicaron una biopsia de piel.
Fue gracias a esto que los galenos descubrieron que la costumbre de tronarse los dedos sumado a la herida que previamente tenía y todavía no había cicatrizado fueron los detonantes para que desarrollara fascitis necrosante, una infección poco frecuente pero que le estaba devorando la piel por dentro y que amenazaba con extenderse al resto de la mano, por lo que se le tuvo que practicar una cirugía de emergencia y de la cual actualmente se recupera favorablemente.
Por otra parte, la fascitis necrosante es catalogada como una infección de baja frecuencia que en Estados Unidos los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) sólo detectan entre 700 y 1000 casos cada año.
En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que las probabilidades de contraerla son sumamente bajas si el paciente cuente con un sistema inmunitario fuerte, mantiene buenas prácticas de higiene y le da el cuidado adecuado a sus heridas.