Actividad física en la prevención de una enfermedad osteomuscular

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La patología osteomuscular conlleva importantes consecuencias para el individuo y la sociedad, es uno de los padecimientos más comunes entre los colombianos y es responsable de altos costos para el sistema de salud y responsable de gran cantidad de ausencias laborales.  Factores de riesgo como la obesidad, el tabaquismo y el sedentarismo, inciden en el aumento de patologías como la osteoporosis, artritis, artrosis entre otras.

La falta de actividad física es un factor alto de riesgo de muerte en el mundo. Puesto que se ve involucrada en enfermedades; como la osteoporosis y sarcopenia, así como de otras enfermedades como la diabetes, la hipertensión arterial y el colesterol.[1]

En el enfoque que se da a las estrategias de prevención y control de enfermedades músculo esqueléticas; que están siendo impulsadas por la comunidad científica. Toma como elementos principales la promoción de una alimentación sana, el mantenimiento de un índice de masa corporal adecuado y la práctica de ejercicio y actividad física; como también evitar la ingesta de alcohol y el consumo de tabaco.

Las evidencias científicas apoyan la actividad física; como parte importante en la estrategia del tratamiento para aliviar la osteoporosis y la sarcopenia. Tanto en la prevención primaria como en todos los estados de la enfermedad; sino que es un componente fundamental en la promoción de una buena salud ósea y muscular.

La actividad física regular evita un problema osteomuscular

Incluir ejercicios con peso incrementa el pico de masa ósea en la temprana edad y disminuye la pérdida del tejido esquelético en la edad adulta. Hay una relación directa entre la actividad física que se realiza y la densidad mineral ósea. El remodelado óseo y la adecuada densidad mineral ósea, están directamente relacionados con las cargas mecánicas impuestas al hueso, en donde la actividad física juega un rol muy importante y se convierten en factores protectores en patologías como la osteoporosis.

Cuando ya existe una afectación osteomuscular, la actividad física contribuye en la disminución de la progresión de la enfermedad, aumenta la fuerza muscular, mejora el equilibrio y con ello el riesgo de caídas. Además de ofrecer beneficios en la prevención terciaria con relación a la discapacidad; mejorando el déficit funcional y el dolor ocasionados por fracturas.

La sarcopenia; se entiende como la pérdida de masa, función y fuerza músculo esquelética que aparece como consecuencia de la edad. La discapacidad, la fragilidad, la morbilidad y mortalidad (consecuencia de la sarcopenia) están en aumento en la población colombiana, por causa del sedentarismo. Por ello, en su manejo, el entrenamiento de resistencia; es la más eficaz y segura intervención para recuperar la fuerza muscular y la pérdida de masa asociada al envejecimiento.[2] 

Existe suficiente evidencia de la utilidad que tiene la actividad física no solo en enfermedades relacionadas con la patología osteomuscular; sino con la salud en general y el bienestar físico de las personas.

 

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