Un estudio realizado en la Universidad de Heidelberg, Alemania, demostró que existe una nueva vía para controlar la propagación del virus zika en el cuerpo humano.
El estudio indicó que el entramado tridimensional de proteínas que provee soporte interno en las células eucariontas o citoesqueleto podría ser la clave para suprimir la propagación del zika.
El virólogo Ralf Bartenschlager, autor del estudio, explica: “El citoesqueleto controla la forma, el crecimiento y el movimiento de las células, proporciona soporte mecánico y resistencia al estrés, y coordina el anclaje de orgánulos y el transporte vesicular”.
De acuerdo a Bartenschlager lo que hace la infección por zika es que causa una drástica perturbación en la red del citoesqueleto, produciendo una reorganización de los filamentos intermedios y de microtúbulos en la estructura que rodea la maquinaria de replicación.
Así, los investigadores demostraron que las cepas africanas y asiáticas del zika reorganizan el retículo endoplástimo y la arquitectura citoesqueletica de las células huéspedes para que pueda desarrollarse el virus.
Agregaron que tanto el zika como el dengue, son flavivirus, usan un mecanismo similar para infectar las células huésped, en el que las partículas virales se cierran sobre el retículo endoplásmico rugoso; enseguida los virus forman una especie de jaula protectora con pequeñas aberturas en las que el ARN y las partículas virales pueden diseminarse.
Mirko Cortese, otro de los autores del estudio, añade: “podríamos especular que las alteraciones inducidas por el Zika en el citoesqueleto huésped están conectadas a los mecanismos fisiopatológicos que vinculan las infecciones congénitas del virus con microcefalia y trastornos neurodegenerativos”.
Ahora que los investigadores conocen la dependencia del zika con los microtúbulos para su replicación, buscan explorar qué medicamentos pueden tener actividad antiviral contra su mecanismo.