Las alergias alimentarias han dejado de ser una rareza y se están convirtiendo en un problema de salud cada vez más común entre los niños en México. Aunque tradicionalmente se asociaban a alimentos como la leche, el huevo o el cacahuate, en los últimos años se ha observado un aumento en alergias a productos menos frecuentes como frutas, legumbres, pescados y aditivos. Esta tendencia plantea nuevos retos para las familias, el sistema de salud y, especialmente, el entorno escolar.
Detectar las alergias alimentarias a tiempo es la clave
Detectar una alergia alimentaria a tiempo es clave para evitar complicaciones graves, que pueden ir desde molestias gastrointestinales o cutáneas, hasta reacciones anafilácticas potencialmente mortales. Sin embargo, muchas veces los síntomas iniciales son confundidos con intolerancias leves o problemas digestivos comunes. Por eso es fundamental que los pediatras y alergólogos tengan un papel activo en el diagnóstico temprano, y que los padres estén atentos a reacciones repetidas tras el consumo de ciertos alimentos.
En el contexto escolar, el manejo de las alergias alimentarias requiere protocolos claros y personal capacitado. Es indispensable que cada institución educativa cuente con un registro de los alumnos alérgicos, que el personal docente y de comedor esté informado sobre los alimentos prohibidos para cada caso, y que se tenga acceso rápido a medicamentos como antihistamínicos o autoinyectores de adrenalina en caso de emergencia.
Cada vez están más en aumento
Además, es importante fomentar una cultura de respeto y apoyo. Los niños con alergias no deben sentirse excluidos ni señalados por sus restricciones alimenticias. La inclusión también pasa por adaptar menús escolares, evitar la compartición de alimentos y educar al resto del alumnado sobre la importancia de estas medidas.
La prevención juega un rol clave. Desde casa, los padres pueden enseñar a sus hijos a reconocer los alimentos que no deben consumir y a comunicarlo con seguridad. En el entorno escolar, la sensibilización mediante charlas, talleres y la colaboración con profesionales de la salud puede marcar una gran diferencia.
Las alergias alimentarias en niños mexicanos están en aumento, y es responsabilidad de todos —familias, escuelas y autoridades— crear entornos seguros donde los más pequeños puedan crecer, aprender y convivir sin miedo. Una adecuada detección y manejo escolar no solo protege la salud de los niños, sino que promueve entornos más empáticos y responsables.