Es muy del ser humano pensar que podemos controlar a la naturaleza, en cualquiera de sus formas, como ha pasado ahora con la llegada del nuevo coronavirus y la expansión de la Covid-19 por todos los rincones del planeta.
Como sociedad y como individuos, seguimos haciendo planes para el futuro, como si éstos dependieran solo de los buenos deseos y la férrea voluntad, pero la verdad es que estamos en un entorno muy incierto, casi como una barca a la deriva en medio del gran océano.
Con el surgimiento de nuevas variantes del coronavirus, cada vez más fuertes y contagiosas, es muy complicado hacer planes, sean estos de carácter gubernamental, personal, social, empresarial, educativo y un largo etcétera. Tampoco podemos dejar de advertir que se han relajado mucho las medidas sanitarias, como si ya hubiéramos superado este penoso capítulo de la pandemia.
¿Regreso a clases presenciales en agosto?
Un ejemplo de esta idea de creer que controlamos a la naturaleza es el presidente, Andrés Manuel López Obrador, quien está empeñado en que las escuelas regresen a clases presenciales en agosto próximo, pero justo en ese marco la pandemia empezó a repuntar, de tal manera que al gobierno no le quedó otra que reconocer que como país ya estamos montados en la tercera ola.
Los especialistas del sector han advertido que no están dadas las condiciones para un retorno seguro a las clases presenciales, pues no se ha dado a conocer un plan puntual de la rehabilitación de las escuelas, la apertura de espacios para tener una mejor ventilación, que en todos los planteles haya agua y jabón, además de cubrebocas y capacitación para el personal educativo para seguir todo un protocolo de sanitización permanente.
Tampoco está claro si habrá pruebas para la detección del nuevo virus, cómo se harían, cuándo y qué hacer en caso de algún contagio entre los escolapios, profesores, administrativos y/o padres de familia.
La verdad es que no está fácil un retorno seguro a las clases presenciales, pero tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS), como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) han dado a conocer documentos de referencia con recomendaciones para el retorno a clases seguro, en la modalidad presencial o semipresencial o híbrida.
La CDMX, de reversa
Por lo pronto, la Ciudad de México (CDMX) regresa a semáforo naranja este lunes 26 de julio, ante el incremento del número de hospitalizaciones por Covid-19, aunque esto no se traducirá en ajustes a la operación de las actividades económicas, como sucedió en los repuntes anteriores.
Y en este marco, de igual forma, esta última semana de julio en la capital mexicana inicia la aplicación de la primera dosis para los jóvenes de 18 a 29 años, dado que es importante acelerar la vacunación, con el fin de reducir el número de contagios.
En la CDMX la ocupación hospitalaria, hasta el viernes 23 de julio, es del 63%, con 3,867 camas disponibles y 2,058 ocupadas, pero la ciudad tiene la capacidad de disponer de hasta 8,000 camas, “que se pueden ir activando conforme sea necesario''.
A la vez, los contagios por Covid-19 se concentran, principalmente en el grupo etario de 20 a 40 años, por lo cual las autoridades de la CDMX llamaron a vacunarse, sobre todo a los rezagados de otros grupos etarios, y mantener las medidas de seguridad sanitarias repetidas hasta el cansancio durante toda la pandemia.
Ante este nuevo repunte de la nueva enfermedad que recorre el mundo, las vacunas anti Covid aplicadas a un 40% de la población adulta, el surgimiento de nuevas variantes y todo lo que hemos aprendido durante la pandemia, ¿todavía creemos que podemos domar la pandemia y marcar plazos como si nada pasara?
Estetoscopio
Nuestros gobernantes en México siguen dándonos el mal ejemplo en casi todo. El jueves 22 de julio el director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz, gran consentido de la 4T, se refirió en conferencia de prensa a los cubre nariz y boca como “bozales”, con lo cual no solo da prueba de su inmensa ignorancia y arrogancia, sino de su desdén hacia la pandemia y el número cada vez mayor de víctimas del nuevo coronavirus. Además, es mentira de que “ya todos estamos vacunados”, pues ¿en qué país vive este señor?
Por otro lado, el personal educativo de México seguimos a la espera de la publicación de los resultados de la fase 3 de la vacuna anti Covid de Cansino… Si en nuestro país corrió un protocolo de investigación en alrededor de 15 mil mexicanos de dicho biológico, ¿por qué se ha retrasado tanto la publicación de esos ensayos?