Abrir tu propio establecimiento de salud te convierte en médico emprendedor, pero alcanzar este sueño no protege contra la frustración que podrías llegar a sentir al miras hacia atrás y preguntarte qué metas has alcanzado en cierto periodo, o qué has dejado de hacer para encontrarte en ese punto de tu vida empresarial.
Cuando se evalúan las expectativas frente a la realidad, cabe la posibilidad de toparse con una pizca de desánimo, angustia y enojo, síntoma inequívoco de que existe frustración, aunque nos neguemos a aceptarlo.
El problema con esta sensación radica en que llega a fomentar el nerviosismo, la apatía e, incluso, desencadenar enfermedades físicas, disminuyendo el desempeño en las labores diarias.
Por ello, es importante que el médico emprendedor aprenda a controlarla, de lo contrario no solamente experimentará desgaste físico y emocional, sino que el desempeño de su empresa de salud podría verse gravemente afectado, así que toma nota:
Evalúa tu realidad
Una vez que has reconocido que la frustración ha tocado a tu puerta tienes que aprender a controlar tus impulsos, ya que pueden ser perjudiciales.
Aunque los resultados de tu establecimiento de salud no sean lo que esperabas en el tiempo que te habías fijado, valóralos frente a los logros que puedes conseguir con una u otra actitud pues, ¡recuerda!, un médico emprendedor exitoso siempre toma decisiones con la “cabeza fría”.
Conoce tus alcances y limitaciones
La frustración suele llevarte a exagerar tus propias exigencias, y aunque esto podría parecer una buena idea para obligarte a alcanzar tus metas, la realidad es que se trata de un “arma de doble filo”, pues cuando desconoces las herramientas con las que cuentas es fácil tropezar y caer en desánimo. Por tanto, te conviene hacer recuento de tus alcances y limitantes para establecerte metas realistas.
Reflexiona a conciencia
Muchas veces la percepción que tenemos de éxito o fracaso sobre nuestra vida laboral o profesional la fundamentamos en opiniones ajenas, así que es necesario tomar un break para reflexionar al respecto y alejarnos de la frustración que esto puede producir.
No obstante, si existe esta sensación por errores u omisiones que dependen de nosotros mismos y poco o nada tienen que ver con la opinión que otros tienen de nosotros, es momento de replantearnos nuestras metas con base en nuestros alcances y limitaciones.
Ten en cuenta que un médico emprendedor exitoso no es aquel que jamás comete errores, sino el que aprende de sus tropiezos, se levanta y siempre mejora.
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