El biohacking es un enfoque centrado en el individuo que busca optimizar el funcionamiento del cuerpo y la mente a través de la aplicación de ciencia, tecnología, nutrición y hábitos saludables. Al final su objetivo es mejorar el rendimiento físico y mental, la energía, el estado de ánimo y, en general, la calidad de vida y la longevidad.
No se trata de una disciplina única y rígida, sino de un conjunto de prácticas y filosofías que buscan entender el cuerpo como un sistema que puede ser mejorado mediante intervenciones intencionadas. Los biohackers buscan ser la mejor versión de sí mismos.
Acerca de este tema, el especialista en tecnología Norberto Maldonado explica que “debemos entender que hackear la biología humana para reprogramar cómo envejecemos, vivimos y funcionamos implica cambios simples; desde controlar la alimentación, el sueño o el ejercicio hasta la ayuda de intervenciones avanzadas”.
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¿En qué se centra el biohacking?
- Nutrición optimizada: Esto puede incluir desde el ayuno intermitente, dietas específicas hasta el uso de suplementos para cubrir deficiencias o potenciar funciones específicas. El objetivo es alimentar al cuerpo y cerebro de la manera más eficiente.
- Mejora del sueño: Se consideran estrategias para optimizar la calidad y cantidad del sueño, como mantener una habitación oscura y fresca, establecer horarios regulares, evitar pantallas antes de dormir o usar herramientas de seguimiento del sueño.
- Ejercicio y movimiento: Más allá del ejercicio convencional, el biohacking puede implicar técnicas para mejorar la recuperación muscular, aumentar la resistencia o potenciar la función cerebral a través del movimiento.
- Manejo del estrés y la salud mental: Incluye técnicas de meditación, mindfulness o el uso de dispositivos para monitorear niveles de estrés.
- Uso de tecnología y datos: Muchos biohackers utilizan dispositivos wearables (como relojes inteligentes o anillos de seguimiento) para monitorear métricas de salud (sueño, actividad, ritmo cardíaco) y usar esos datos para ajustar sus intervenciones.
La nueva carrera entre la tecnología y la longevidad
Hace poco, en un desfile militar en Pekín se filtró una conversación entre Vladimir Putin y Xi Jinping donde los temas fueron biotecnología y longevidad. La plática subrayaba que con trasplantes continuos se vive más, más joven e incluso se alcanzaría la inmortalidad. La escena se viralizó demostrando cómo los hombres más poderosos del planeta ven la longevidad como un tema de poder político y económico.
En este contexto, Maldonado advierte que esta conversación cada vez es más cercana, “tan sólo veamos: la IA predice enfermedades antes de que aparezcan; hay sensores que registran cada reacción del cuerpo; terapias genéticas, nanobots y regeneración celular. Sin duda, la biotecnología nos conecta y también nos reprograma”.
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Una industria mundial en crecimiento
Poniendo un contexto adicional están casos como el del multimillonario Bryan Johnson (Project Blueprint) o el gurú Dave Asprey quienes demuestran que el biohacking ya es industria: plasma joven, más de 100 suplementos diarios, láseres regenerativos y equipos médicos dedicados a revertir la edad biológica.
“El reto para nuestro país es avanzar a pasos acelerados. El biohacking abre debates sobre política pública de salud, investigación científica, propiedad de datos biomédicos y formación de talento. Lo que hoy parece extravagancia, en 2030 será parte de la vida cotidiana”, enfatiza Norberto Maldonado.
Para concluir, el también empresario, invita a abrir el debate en la academia, la iniciativa privada e incluso las instituciones de gobierno sobre cómo el biohacking puede transformar la salud, la economía y la educación en el país.