De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) el cáncer de próstata es la primera causa de muerte por tumores en hombres adultos en México. A la fecha registra una tasa de 9.8 defunciones por cada 100 mil hombres. Además cada año se diagnostican más de 25 mil nuevos casos y ocurren 7 mil 500 fallecimientos, cifras que reflejan la magnitud del desafío sanitario.
A pesar de lo anterior, uno de los mayores problemas es que la mayoría de los casos se diagnostican en etapas tardías. De hecho se estima que 7 de cada 10 hombres llegan al médico cuando el tumor ya se encuentra en fases avanzadas o con metástasis. Cuando eso ocurre es más complicado atender la neoplasia.
También lee: Entrevista con el CEO de GE HealthCare México sobre el cáncer de próstata y la innovación médica
Cáncer de próstata: ¿Por qué se diagnostica tan tarde?
El cáncer de próstata a menudo se diagnostica en etapas avanzadas debido a una combinación de factores médicos, biológicos y culturales que dificultan su detección temprana.
Ausencia de síntomas en etapas tempranas
El tumor, especialmente en sus inicios (etapa localizada), es una enfermedad de crecimiento lento que se desarrolla sin provocar molestias.
- Asintomático: La mayoría de los hombres con cáncer de próstata en etapa inicial no presentan ningún síntoma.
- Síntomas tardíos: Cuando el tumor crece lo suficiente como para causar síntomas, estos suelen ser problemas urinarios como dificultad para empezar a orinar, flujo débil, necesidad de orinar con frecuencia, especialmente por la noche.
- Confusión con otras afecciones: Estos síntomas urinarios suelen ser muy similares a los causados por el crecimiento benigno de la próstata (Hiperplasia Prostática Benigna), una condición común y no cancerosa en hombres mayores.
Reticencia y miedo a la detección
Una barrera significativa es la resistencia cultural y social de muchos hombres a someterse a los exámenes de detección rutinarios.
- Temor a los exámenes: Existe un profundo miedo o vergüenza, a menudo infundado, asociado al tacto rectal, uno de los métodos de detección. Este tabú provoca que los hombres pospongan o eviten por completo la visita al urólogo.
- Falta de concienciación: A diferencia de otros cánceres (como el de mama), la concienciación y la promoción de la detección temprana en hombres suele ser menor, lo que lleva a un menor cumplimiento de los chequeos anuales recomendados a partir de los 40 o 50 años.
- Diagnóstico como “sentencia”: Algunos hombres tienen la mentalidad de que “ninguna noticia es buena noticia” y retrasan las pruebas por el miedo a la confirmación de la enfermedad, a pesar de que la detección temprana es crucial para un tratamiento exitoso.
También lee: Cáncer de próstata: Principales mitos y realidades (INFOGRAFÍA)
Controversia y limitaciones en las pruebas de detección
Aunque existen pruebas de detección eficaces, estas tienen limitaciones que han generado debates entre la comunidad médica.
- Prueba de PSA (Antígeno Prostático Específico): Es una prueba de sangre, pero no es exclusiva del cáncer. El nivel de PSA puede elevarse por causas benignas (HPB, infección, inflamación) o por el cáncer.
- Sobrediagnóstico: Detectar cánceres de crecimiento lento que, de no haberse detectado, nunca habrían causado síntomas ni puesto en peligro la vida del paciente (cáncer indolente). El tratamiento de estos casos expone al paciente a riesgos innecesarios (incontinencia o disfunción eréctil).
- Falta de consenso universal: Debido a esta controversia entre beneficios y riesgos (sobrediagnóstico y falsos positivos), las guías médicas sobre cuándo iniciar y finalizar el cribado con PSA varían ligeramente entre países y organizaciones, lo que puede causar confusión y una aplicación inconsistente de los programas de detección.
¿Cómo lograr diagnósticos del tumor oportunos?
La evidencia es clara: con una detección temprana y un tratamiento multidisciplinario, la probabilidad de curar el cáncer de próstata aumenta hasta 90%.
Con lo anterior en mente, hoy existen métodos de monitoreo rápidos, sencillos y poco invasivos, como la prueba de antígeno prostático mediante una gota de sangre del dedo que facilita la detección temprana y reduce barreras asociadas al miedo, vergüenza o estigmas.
A partir de los 40 años, expertos señalan que los hombres deben realizarse un examen anual. Cabe mencionar que el entorno cercano, como la pareja, familiares y amigos, juega un papel fundamental en impulsar la detección y la toma de decisiones oportunas.
