Estamos a punto de empezar el 2026 y algo seguro es que seguirá el dominio de herramientas digitales. Aunque más allá de sus beneficios también hay múltiples riesgos en materia de ciberseguridad para los hospitales y clínicas. La información confidencial de los pacientes se mantiene dentro de los principales objetivos de los hackers.
A medida que las personas dependen más de los servicios digitales, dispositivos inteligentes y las comunicaciones online, las amenazas que enfrentan los usuarios día a día siguen creciendo en escala y complejidad.
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Principales riesgos de ciberseguridad para los hospitales y clínicas
Con el auge de nuevas herramientas y estrategias, es fundamental mantenerse informado sobre los riesgos que vienen y entender las bases que construyen los ataques del mañana.
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La monocultura en internet
La creciente homogeneización en internet representa una gran amenaza. La dependencia de los mismos proveedores en la nube (como AWS), redes de distribución de contenido (Cloudflare) y suites de productividad (Google o Microsoft Office) implica que una falla en alguno de estos servicios puede afectar a millones de usuarios y debilitar la resiliencia de todo el sistema.
Este fenómeno hace que los ciberataques sean más lucrativos. Incluso si el beneficio por usuario no es muy grande, la inmensa escala de estas plataformas genera enormes ganancias para los delincuentes.
Antes, la diversidad de sistemas (como Sun Microsystems, Linux o servidores Windows) desanimaba a los atacantes al incrementar los costos y la complejidad de los ataques.
“Como el ecosistema digital de hoy en día es principalmente monocultural, todos se convierten en un objetivo. En internet, no existe alguien que no sea suficientemente interesante. Cada pequeña pieza de información, así sea algo tan sencillo como los registros DNS, puede ser vendida, recolectada y monetizada. Tener una existencia online es suficiente para ser un objetivo”, explica Adrianus Warmenhoven, experto de ciberseguridad de NordVPN.
IA: nuevas vulnerabilidades y ciberataques acelerados
Las herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT suelen guardar el historial de conversaciones en la memoria del navegador, lo que expone información sensible ante amenazas como los ladrones de datos.
A pesar de las advertencias, muchos usuarios siguen compartiendo temas confidenciales con estos sistemas. Además de los ciberdelincuentes que seguirán persiguiendo esa información, las empresas de IA también utilizan estos datos para entrenar sus modelos.
Ya hay grupos criminales que experimentan con sistemas autónomos de IA que pueden analizar redes, identificar puntos débiles y explotar las vulnerabilidades sin intervención humana.
Estas herramientas pueden aprender, repetir y adaptarse, creando ataques más rápidos y difíciles de identificar, que sirven como apoyo a campañas de phishing y técnicas de ingeniería social.
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Más desinformación a través de nuevos canales
Durante 2025 se observó que, en plataformas como Reddit, así como en redes sociales y servicios de streaming, muchas personas se burlaban de las buenas prácticas de seguridad y privacidad online. Se prevé que esta tendencia aumente en 2026, afectando seriamente la seguridad y privacidad individual.
Las organizaciones criminales, que a veces están mejor ordenadas que muchas empresas legales, cuentan con equipos de marketing dedicados a promover hábitos inseguros para que los usuarios sigan siendo vulnerables.
Estos grupos pueden invertir grandes sumas de dinero, por eso cada vez es más común que contraten o creen influencers para recomendar productos inseguros o con estándares de protección muy bajos.
Amenazas reales de la seguridad cuántica
El avance de la computación cuántica está llegando al punto en que los estándares actuales de encriptación no serán seguros. Aunque aún faltan años para que surjan los ataques cuánticos a gran escala, los cibercriminales ya practican el método de “recopilar ahora, descifrar después”, robando datos cifrados hoy con la expectativa de descifrarlos cuando la tecnología lo permita.
Cuando sea posible descifrar las encriptaciones cuánticas, podrían quedar expuestas décadas de información confidencial. Por eso, tanto las organizaciones como los individuos deben considerar la resistencia cuántica como una prioridad actual, no como una preocupación del futuro.
Pérdida de la confianza digital
La confianza se perfila como uno de los principales retos de ciberseguridad para los hospitales y clínicas en 2026. A medida que los servicios migran completamente a la nube, los procesos de autenticación son cada vez más atractivos para los ciberdelincuentes.
Las amenazas incluyen deepfakes, clonación de voz, personas sintéticas cada vez más realistas, chats automatizados para phishing y ataques hiperpersonalizados que dificultan distinguir lo verdadero de lo falso.
Los cibercriminales crearán identidades digitales falsas, mezclando datos reales con información inventada, para acceder a cuentas en la nube, abrir cuentas bancarias y cometer fraudes durante años antes de ser detectados.
Gracias a la IA, estos estafadores aumentarán su productividad, mientras que las páginas y servicios fraudulentos serán cada vez más complicados de identificar. Como consecuencia, la confianza en los dispositivos y servicios digitales puede verse absolutamente afectada.
