Luego de tener una larga carrera laboral en alguna empresa o institución, es natural que cualquier persona busque jubilarse para poder disfrutar de su etapa adulta con su familia o, por otro lado, enfocarse en la realización de otros proyectos que antes resultaban imposibles por la falta de tiempo libre. No obstante, en ocasiones eso no puede ocurrir, pues cada vez es más frecuente el síndrome del jubilado.
De esta forma, un aspecto que se debería de disfrutar y ser motivo de satisfacción se convierte en una mayor propensión a enfermedades y presentar un estado de salud delicado debido al radical cambio en el estado de vida de las personas.
Así lo mencionó María de Los Ángeles Aguilera Velasco, investigadora del Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara (UdeG), al afirmar que, de forma paradójica, existen personas que se acostumbraron a tener una rutina laboral durante tantos años que les resulta muy difícil adaptarse a una vida libre y sin complicaciones.
Al momento de una jubilación el descanso es lo que más se valora, pero algunas personas no pueden adaptarse de inmediato a su nueva vida y tienden a desarrollar estrés, ansiedad, pesimismo, depresión y soledad debido a que ahora no tienen ninguna actividad por realizar.
Por lo anterior, lo mejor que pueden hacer tus pacientes es adaptarse de manera paulatina a su nueva vida y buscar nuevas actividades recreativas que les ayuden a mantenerse ocupados para evitar pensar que ahora su vida ya no tiene valor.