En la medicina, y en cualquier lugar de trabajo, el conflicto médico es inevitable y los profesionales pueden terminar dedicando tiempo a atender sus heridas en lugar de ocuparse del negocio real.
La forma en que los líderes lidian con los puntos de vista cuando hay un conflicto médico es fundamental
Si una cosa es absolutamente segura en el mundo de la medicina de alta presión y alto riesgo, es que los errores, las malas interpretaciones y los malentendidos son inevitables.
En el quirófano o en una sala de reuniones, los conflictos seguramente estallarán, a veces en el peor momento posible. Las personas terminan cuestionándose a sí mismas y a los demás, y pasan tiempo combatiéndose entre sí en lugar de esforzarse por alcanzar objetivos comunes.
Las consecuencias pueden ser graves. Los conflictos pueden socavar la moral, torpedear la productividad y, lo que es más importante, afectar la atención al paciente.
Por lo tanto, a continuación te damos algunos puntos para que puedas convertir el conflicto médico en una oportunidad de mejora
Replanteando lo inevitable
La Dra. Ashley Whitehorn escribe en su Resumen de evidencia del JBI: “El conflicto médico es una realidad inevitable en las organizaciones de atención médica.
Tradicionalmente, el conflicto en el lugar de trabajo se consideraba enteramente como un aspecto negativo de la vida organizacional, como “agotar la energía, reducir el enfoque y causar incomodidad y hostilidad”.
El conflicto se definió en términos negativos como “procesos que ocurren dentro de un grupo en cualquiera de varias formas. Como hostilidad, disminución de las comunicaciones, desconfianza, sabotaje, abuso verbal y tácticas coercitivas”. Sin embargo, el conflicto puede definirse en términos más positivos como ‘discordia que resulta de diferencias en ideas, valores o sentimientos entre dos o más personas”.
Simplemente reformular nuestra filosofía fundamental del conflicto puede ayudar a facilitar resoluciones saludables y evitar la destrucción de resultados.
El tejido de una organización
Greengard cita a Carlos A. Pellegrini, MD, director médico y vicepresidente de asuntos médicos de UW Medicine en Seattle: “La medicina se basa en buenas relaciones humanas. Es fundamental crear respeto en la estructura de una organización. Las personas deben poder presentar ideas, y a veces estar en desacuerdo, de manera respetuosa y productiva”.
Crear una cultura dentro de un centro de atención médica que priorice el respeto mutuo en todos los escenarios es clave para resolver los conflictos de manera efectiva. Asumir simplemente que los miembros del personal funcionan bajo esta convicción no será suficiente. Requiere acciones intencionales y frecuentes en todos los niveles de la instalación.
El respeto mutuo debe convertirse en un pilar de gran prestigio dentro de la cultura de un centro sanitario. Si puedo usar la analogía del conflicto como una casa, una cultura que priorice el respeto mutuo serviría como base.
Reglas del compromiso
Un marco, entonces, en el que el conflicto médico pueda ocurrir de manera constructiva, representaría las paredes de la casa.
Un gran componente de ese marco es el arte de la comunicación. Greengard escribe en su artículo: “Si bien el concepto de buena comunicación es lo suficientemente simple de entender. Establecer un marco para respaldarlo y hacer frente a los problemas inevitables puede resultar abrumador”.
Crear oportunidades frecuentes para que los miembros del personal se comuniquen es crucial para planificar los conflictos con anticipación. Antes de que las emociones se intensifiquen y sea probable que existan resultados tumultuosos.
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