Aunque no lo creamos, el dolor agudo tiene una función vital y sirve de señal de alarma mientras que el crónico se considera una enfermedad en sí misma y que afecta a las actividades diarias. En México, este tipo tiene una prevalencia alta aunque no hay un tratamiento eficiente para este padecimiento.
¿Qué es el dolor?
Se puede definir como una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada con un daño real o potencial al tejido. Así que no solo se tiene un componente fisiológico sino que incluye también el aspecto afectivo-emocional, el cual hace que el dolor sea contemplado como una sensación desagradable que genera angustia e incita al paciente a buscar ayuda médica.
Evaluación
Antes de iniciar un tratamiento, el médico necesita tener una idea muy clara del tipo de dolor que presenta el paciente. Por lo tanto, es recomendable documentar de forma objetiva, sistemática y periódica los síntomas. El médico deberá evaluar la temporalidad, causalidad, localización, distribución, características, tipo, severidad o intensidad, duración, periodicidad, circunstancias personales y tratamiento previo. En pacientes con dolor crónico se debe realizar una valoración psicológica o psiquiátrica.
Por otra parte, para reconocer la intensidad del mismo se utiliza una escala análoga con al menos dos opciones: la escala verbal análoga (5 puntos) y la escala visual análoga (regla de 0 a 10). En la primera se le pide al paciente que describa la intensidad de su dolor a través de 5 puntos:
- Ausencia.
- Leve.
- Moderado.
- Fuerte.
- Muy fuerte.
En la segunda medición se le pide al paciente que señale, en una escala del 0 al 10, su nivel de dolor, donde 0 es ausencia de este y 10 es el máximo nivel que una persona puede tolerar.
Tratamiento del dolor
Históricamente, en México, el tratamiento del dolor ha sido subestimo. En un intento por tener al menos una guía, se han realizado consensos de expertos para analizar la literatura del mismo y su calidad, así como el grado de evidencia para recomendar tratamientos para el mismo. También existen guías para el tratamiento del de tipo oncológico (por cáncer) y del dolor neuropático