¿Cómo hacer que tus pacientes detecten si la información sanitaria es real o no?

En Medicina una de las principales cosas a las que tienen que hacer frente los profesionales sanitarios es a los bulos sobre salud que existen y que, gracias a Internet se difunden de forma considerable. Hoy en día, a través de redes sociales y grupos de WhatsApp, recibimos infinitas informaciones que, en la mayor parte de los casos, no proceden de fuentes fiables ni han sido contrastadas. Hoy en día, estamos “infoxicados” y, cada vez, es más difícil distinguir si lo que leemos, vemos o escuchamos e real o no, es decir, si es información de calidad o no.

Sobre todo, en el ámbito de la salud, el problema de estas noticias falsas o “fake news” es que cuando afectan a la salud, dichas informaciones pueden llegar a ser muy perjudiciales y acabar afectando realmente a la salud.

Una de las enfermedades sobre la que más bulos o noticias falsas se difunden en Internet es sobre el cáncer y es que esta es una enfermedad que genera mucha incertidumbre y, por tanto, en la que este tipo de mensajes se suelen hacer más virales.

Eso sí, de esta crisis sanitaria provocada por la COVID19, si hay algo que hemos aprendido es, sin duda alguna, la importancia que tiene el cortar esa cadena de mensajes de fake news y tan solo fiarse de la información que llega de fuentes fiables. Si quieres, como profesional, informar a tus pacientes sobre cómo detectar estas noticias falsas, si son de calidad o no, a continuación te ofrecemos algunas clave para lograrlo.

No leer solo el titular

Cuando recibes un enlace o ves una publicación en redes sociales, lo normal es que solo leemos el titular y se da por bueno, sin pensar en que la frase de lugar a confusiones o está incompleta. Por eso, lo mejor es que incidas a tus pacientes a que lean toda la información y no se queden solo en el titular.

Fuentes de la información

Conocer las fuentes de la información es algo primordial, así que antes de valorar o no el contenido de una web o mensaje, tendrás que analizar su procedencia. Lo mejor es que sea un organismo oficial o un médico con cargo, es decir, con nombre y apellidos y si la información les llega a través de una red social, es interesante analizar el perfil de la persona que lo lanza.

Fotos y vídeos

Aunque no lo creas, las fotos y vídeos pueden ser tan falsas como el texto. Hoy en día, nadie sube una foto sin editar a ninguna red social y muchos hacen uso de programas de edición para poder manipular la imagen y dar un mensaje que es del todo cierto.