La enfermedad celíaca es una afección autoinmune desencadenada por la ingesta de gluten en personas genéticamente predispuestas. Aunque no se puede prevenir completamente, existen algunas estrategias que pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar celiaquía, especialmente en personas con antecedentes familiares de la enfermedad. Estas estrategias se centran principalmente en la alimentación y el estilo de vida durante los primeros años de vida.
Se puede prevenir la celiaquía introduciendo gradualmente el gluten
Una de las principales recomendaciones es la introducción adecuada y gradual del gluten en la dieta de los lactantes. Según algunos estudios, la introducción de pequeñas cantidades de gluten mientras el bebé aún está siendo amamantado puede reducir el riesgo de desarrollar celiaquía. La lactancia materna, en general, se ha asociado con un menor riesgo de muchas enfermedades autoinmunes, incluida la celiaquía, debido a sus efectos beneficiosos sobre el sistema inmunitario del bebé.
Además, la dieta de la madre durante el embarazo puede tener un impacto. Una alimentación equilibrada y rica en nutrientes esenciales, como vitaminas y minerales, es fundamental para el desarrollo adecuado del sistema inmunitario del feto. Algunas investigaciones sugieren que una dieta rica en frutas, verduras y fibra, y baja en alimentos procesados, puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades autoinmunes en los hijos.
Otra medida importante es evitar el uso innecesario de antibióticos
La microbiota intestinal también juega un papel crucial en el desarrollo del sistema inmunitario y la prevención de enfermedades autoinmunes. Fomentar una microbiota saludable desde el nacimiento es esencial. Esto puede lograrse mediante el parto vaginal, que expone al bebé a bacterias beneficiosas, y la lactancia materna, que proporciona prebióticos y probióticos naturales. En niños mayores y adultos, una dieta rica en fibra y alimentos fermentados puede promover una microbiota saludable.
Evitar el uso innecesario de antibióticos es otra medida importante. Los antibióticos pueden alterar la microbiota intestinal, lo que podría aumentar el riesgo de enfermedades autoinmunes como la celiaquía. Solo deben utilizarse cuando sea absolutamente necesario y bajo prescripción médica.
Aunque no se puede eliminar completamente el riesgo de desarrollar celiaquía, adoptar estas prácticas puede ayudar a reducir las probabilidades, especialmente en aquellos con predisposición genética. Mantener un enfoque proactivo y consciente sobre la salud intestinal y la nutrición puede tener beneficios significativos no solo en la prevención de la celiaquía, sino también en la promoción de una salud general óptima.