A lo largo de los últimos años se han emprendido diversas acciones para combatir el consumo de tabaco en México. El inconveniente es que los esfuerzos han sido insuficientes e incluso el número de aficionados a la nicotina se ha mantenido en aumento. Ni siquiera la aplicación de nuevos impuestos ha ayudado a disminuir la adicción.
Como parte del foro Bolsas de Nicotina: Mitos, realidades y retos regulatorios, se reunieron varios especialistas para abordar el tema y ofrecer posibles soluciones. Dentro de lo que todos coincidieron es que las políticas actuales se han desgastado y no ofrecen alternativas efectivas para quienes buscan dejar de fumar.
También lee: ENARM 2026: ¿Cuándo se publicará la convocatoria oficial?
Aumento de impuestos no ha disminuido el consumo de tabaco en México
El médico e investigador Alejandro Macías advirtió que, a pesar de que el aumento de impuestos al tabaco puede contribuir a disminuir su consumo, esta medida por sí sola resulta insuficiente y pierde eficacia con el tiempo si no se acompaña de programas integrales de prevención, acompañamiento y terapias de sustitución de nicotina.
“Elevar los impuestos al tabaco sí funciona, pero se tiende a desgastar, como ocurrió con el impuesto a los refrescos. Inicialmente bajó el consumo, pero sin un enfoque multifactorial se pierde el efecto. Esto debe ser parte de una estrategia amplia que incluya educación, prevención y opciones más seguras”, explicó Macías.
El excomisionado para la atención de la pandemia de influenza recordó que el daño del cigarro no proviene de la nicotina en sí, sino de la combustión del tabaco y las sustancias liberadas al quemarlo.
Urgen terapias accesibles de sustitución de nicotina
Por lo anterior, consideró urgente ofrecer a la población alternativas de menor riesgo, como parches, chicles, bolsas de nicotina o dispositivos de administración sin combustión, herramientas que en otros países han demostrado eficacia para reducir los riesgos del tabaquismo.
El Dr. Macías recalcó que actualmente México carece de terapias de sustitución de nicotina accesibles, lo que deja sin opciones a millones de fumadores que podrían beneficiarse de estos productos.
De acuerdo con el especialista, en México más de 65 mil personas mueren cada año por enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco. La cifra equivale a 170 defunciones diarias, y lo más grave es que cerca de un millón de adolescentes de entre 10 y 19 años ya fuman.
Políticas que se han quedado cortas
Por su parte, Marcela Madrazo, presidenta de Procurando Salud Sin Fronteras, recordó que México cuenta con una Ley General para el Control del Tabaco desde 2008 y es parte del Convenio Marco de la OMS desde 2005. Sin embargo, la prevalencia de fumadores no ha disminuido significativamente: pasó de 11 millones en 2008 a más de 17 millones en 2023.
“Se prohíbe fumar en espacios cerrados, se suben los impuestos y se hacen campañas, pero la prevalencia sigue creciendo. Es momento de sumar herramientas de reducción de riesgos, como las que ya han dado resultados en otros países”, enfatizó Madrazo.
La especialista señaló que, tras la prohibición de vapeadores, las bolsas de nicotina representan hoy una alternativa viable para adultos fumadores que buscan dejar el cigarro, siempre bajo regulación y sin destinarse a menores de edad.
En tanto, Angélica Cabrera, investigadora asociada de la misma organización, lamentó que los resultados de la Encuesta Nacional de Adicciones no se actualicen desde hace más de ocho años, lo que limita la capacidad de diseñar políticas públicas efectivas.
“El número de muertes por tabaquismo no ha disminuido. No podemos hablar de éxito cuando la prevalencia se mantiene alta y las herramientas de sustitución no están disponibles”, apuntó Cabrera.
También lee: NVIDIA se une a Lilly para crear la supercomputadora médica más poderosa del mundo para crear nuevos fármacos
Impuestos diferenciados y reducción de riesgos
Los especialistas coincidieron en que las políticas fiscales también deben alinearse a un enfoque de reducción de daños. Cabrera destacó que los productos con nicotina sin mecanismos de combustión deberían gravarse con tasas menores que los cigarros tradicionales, dado su menor impacto a la salud.
“No puedes meterlos en la misma bolsa. En otros países, los impuestos diferenciados y la combinación de políticas de control con productos alternativos han permitido una reducción más amplia del consumo”, señaló.
Finalmente, Macías subrayó que el reto en México no es solo mantener las políticas existentes, sino renovarlas y complementarlas con educación, prevención, acompañamiento médico y acceso a productos basados en evidencia científica que ayuden a reducir el daño del tabaquismo.
