Una edición especial de la revista NeuroImage ofrece evidencia de que lo que es bueno para el corazón también lo es para la cabeza, pues las personas que están en forma poseen mejor memoria y menor probabilidad de desarrollar enfermedades como Alzheimer.

La publicación incluye un estudio de la Universidad de Kentucky en Estados Unidos en el que participaron 30 hombres y mujeres de entre 50 y 60 años de edad a quienes se les sometió a escáneres cerebrales y pruebas cardíacas y pulmonares mientras andaban en caminadora.

Los resultados mostraron que el flujo de sangre al cerebro y, por tanto, el suministro de oxígeno y nutrientes vitales, era mayor en quienes se encontraban en forma.

Otro estudio efectuado por investigadores del Instituto Nacional de Salud en Maryland comparó los cerebros de ratones mantenidos en jaulas equipadas con ruedas para ejercicio con los de roedores que no contaban con aditamentos de este tipo, lo que les permitió notar que aquellos que efectuaban actividad física poseían hasta tes veces más células cerebrales nuevas en el hipocampo.

En este sentido, la Universidad de Pittsburgh encontró que incluso pasear a ritmo ligero tres veces por semana aumentaba el tamaño del hipocampo y otras zonas cerebrales hasta 2 por ciento en comparación con personas que tenían rutinas de estiramiento.

Para la mayoría de las personas, la salud física y la salud del cerebro parecían tener poca relación, pero los expertos que participaron en esta edición especial de NeuroImage muestran que aunque el deterioro cerebral sea inevitable, el estilo de vida está íntimamente ligado con la salud de este órgano, por lo que de todos los factores de riesgo involucrados en el desarrollo de demencia, practicar ejercicio regularmente parece ser una de las mejores opciones para combatirla, además, para estar en forma no se requiere ir al gimnasio, sino efectuar una actividad durante 30 minutos o más que incremente el ritmo cardíaco, como caminar a paso ligero o tomar una clase de baile.