La electromovilidad en México enfrenta un desafío estructural: aunque el país firmó en 2021 un acuerdo con Estados Unidos y Canadá para que al menos el 50% de las ventas de vehículos ligeros sean eléctricos para 2030, este impulso aún no se refleja con la misma fuerza en el transporte de carga con temperatura controlada, la cual es esencial para garantizar la calidad de medicamentos, vacunas, insumos médicos y productos biológicos.
Además de la brecha tecnológica, el país tiene un amplio margen de acción en el plano ambiental. El informe Ciudades, Transporte y Transición Energética (SEI, CUT y GCoM, 2021) destaca que las acciones en el transporte urbano podrían contribuir con hasta el 29% del abatimiento necesario de emisiones energéticas entre 2020 y 2050 para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.
“Hoy es necesario movernos hacia una logística en carga refrigerada con enfoque sustentable, ya que contribuiría significativamente a reducir la huella ambiental de las ciudades mexicanas. Las flotas refrigeradas, por su alto consumo energético y operación intensiva en zonas urbanas, deben estar en el centro de esta transformación”, afirma José Carlos Gómez, director de Ventas LAR Norte de Thermo King, empresa especializada en soluciones para el transporte refrigerado.
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Pero antes, ¿qué es la electromovilidad?
La electromovilidad se refiere a la adopción de tecnologías de transporte impulsadas por fuentes de energía eléctrica en lugar de combustibles fósiles.
Para el sector salud se traduce en unidades eléctricas que permiten conservar la temperatura óptima en vacunas, hemoderivados, medicamentos biotecnológicos o productos termoestables, sin generar emisiones contaminantes.
La cadena de frío es uno de los componentes más intensivos en consumo energético dentro de la logística. Los sistemas de refrigeración que operan con diésel para conservar medicamentos y otros perecederos generan una proporción significativa de las emisiones del transporte terrestre. Sustituirlos por sistemas eléctricos es, en principio, la solución más directa, pero también una de las más complejas.
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Panorama internacional y en México
A nivel global, países como Estados Unidos y miembros de la Unión Europea ya han implementado regulaciones estrictas de emisiones. La California Air Resources Board (CARB), por ejemplo, ha comenzado a prohibir progresivamente las unidades de refrigeración que funcionan con diésel, impulsando el uso de TRU eléctricas (Transport Refrigeration Units) mediante regulaciones que exigen que todas las flotas de camiones refrigerados que operen en el estado sean 100% de cero emisiones a partir de 2029.
La electromovilidad en México, en cambio, aún tiene un atraso, pues hay temas pendientes que dificultan la adopción masiva de estas tecnologías. Sin embargo, el país posee un punto a su favor: su posición estratégica en el nearshoring y la presión de las cadenas globales de suministro por cumplir metas ambientales.
El auge del nearshoring está impulsando una transformación en la logística regional, donde la sustentabilidad se convierte en un criterio clave para competir. En este contexto, las flotas de transporte refrigerado que adoptan tecnologías eléctricas ganan ventajas al reducir emisiones, logrando reducción en costos operativos, cumplimiento regulatorio y acceso a incentivos, así como ventajas competitivas al cumplir con estándares ESG cada vez más estrictos que son fundamentales en la industria farmacéutica.
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Ventajas que ofrece la electromovilidad al sector salud
Más allá del ahorro operativo y la reducción de emisiones, la electromovilidad ofrece ventajas específicas para la distribución médica: mayor control de temperatura, operación silenciosa en zonas hospitalarias y trazabilidad reforzada. Entre las principales soluciones verdes para el transporte farmacéutico refrigerado destacan las siguientes.
- Sistemas de refrigeración eléctrica de cero emisiones, con capacidad de mantener temperaturas precisas sin necesidad de motores diésel.
- Baterías de alto rendimiento que eliminan emisiones contaminantes y permiten operación continua durante todo el trayecto.
- Tecnologías de operación silenciosa, ideales para entregas nocturnas en entornos urbanos sin generar contaminación acústica.
- Sistemas de energía auxiliar eléctricos, que proporcionan autonomía sin consumo de combustible, mejorando el confort del operador.
- Modelos logísticos escalables y adaptables, compatibles con esquemas de financiamiento verde y certificaciones ambientales.
- Acceso a programas de incentivos internacionales, que apoyan la adopción de tecnologías limpias y reducen barreras de entrada.
Estas innovaciones apuntan hacia una cadena de frío más eficiente, silenciosa y sustentable, capaz de responder a las nuevas exigencias del comercio internacional y de reducir la huella ambiental del transporte con temperatura controlada.
