De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019 los problemas cardiovasculares ocuparon el primer lugar en defunciones a nivel global. Mientras que la enfermedad cardiovascular ateroesclerótica fue la principal causa de muerte en América Latina. En tanto que en México la tendencia es la misma que en el resto de la región porque durante el primer semestre de 2020 se registraron 141 mil 873 muertes por estos padecimientos.
Dada la incidencia y mortalidad de estas enfermedades, Amgen, en conjunto con la Sociedad Mexicana de Cardiología y la Asociación Pacientes de Corazón, presentó el consenso científico Enfermedad Cardiovascular Ateroesclerótica en América Latina: Un llamado a la acción para reducir el colesterol LDL, que fue realizado por un panel multidisciplinario de expertos de Argentina, Brasil, Colombia y México. El objetivo es aumentar la consciencia sobre este problema y sus consecuencias en la salud.
¿Por qué es tan mortal en esa región?
De acuerdo con este consenso, existen diversas investigaciones que indican que el desarrollo de la ECA tiene una relación directa e irrefutable con el nivel de colesterol “malo” (LDL), pues éste es el agente causal esencial de la génesis y progresión de dicho padecimiento. Lo anterior sitúa a la población latinoamericana en un grave peligro de salud pública porque, según un estudio de la OMS, Latinoamérica tiene los valores más altos de colesterol total, en comparación con la mayoría de las otras regiones del mundo. En México, se estima que casi la mitad de los adultos tienen niveles altos de colesterol “malo” (LDL>130 mg/dl).
Por su parte, el Dr. Max Saráchaga, director médico de Amgen, señaló que para Latinoamérica, incluyendo México, es de suma importancia reducir los niveles de colesterol LDL entre su población. Al hacerlo se puede disminuir la incidencia y mortalidad por enfermedades cardiovasculares. Es pertinente mencionar que las guías de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) y la Sociedad Europea de Aterosclerosis (EAS) indican que en pacientes de muy alto riesgo la cifra de colesterol LDL debe situarse un 50 por ciento por debajo de sus valores basales y la cifra objetivo debe situarse por debajo de los 55 mg/dL.
Por su parte, las guías internacionales para el tratamiento de la enfermedad cardiovascular ateroesclerótica hacen énfasis en la prevención secundaria y reducción de niveles de colesterol “malo” (LDL), y varios países en Latinoamérica han creado sus propios lineamientos compartiendo los mismos conceptos básicos de las guías internacionales. Estas pautas locales incluyen datos epidemiológicos, factores socioeconómicos, experiencias grupales y análisis fármaco-económicos, que son fundamentales para determinar el objetivo de tratamiento dentro de cada país.
Es importante destacar que, a pesar de la evidencia científica que respalda el uso de terapias hipolipemiantes, su indicación mundial es baja, incluso en pacientes que han sufrido un evento cardiovascular. El tratamiento contra el colesterol malo (LDL) puede incluir cambios en el estilo de vida y alimentación, además de un tratamiento hipolipemiante como las estatinas, los inhibidores selectivos de la absorción del colesterol y los inhibidores de PCSK9, que proporcionan una reducción máxima sostenida de colesterol LDL de hasta el 77%.