El verano es una de las temporadas favoritas para muchas personas porque es sinónimo de vacaciones. Algunos salen a lugares paradisíacos pero también hay quienes prefieren quedarse en casa para descansar. En cualquiera de los casos hay un problema y es la enfermedad del ocio. Se trata de un problema real pero está subestimado porque muchos lo desconocen.
Romper con la rutina cotidiana ofrece múltiples beneficios tanto para la salud física como para la parte emocional. Es una estrategia de utilidad para combatir los niveles de estrés y ansiedad pero hay un fenómeno que puede arruinar los períodos de descanso.
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Pero antes, ¿qué es la enfermedad del ocio?
La enfermedad del ocio o síndrome del ocio (del inglés “leisure sickness”) es un fenómeno que describe la tendencia de algunas personas a enfermarse justo cuando comienzan sus periodos de descanso, como fines de semana o vacaciones.
No es una condición médica formalmente reconocida por todas las instituciones de salud pero ha sido objeto de estudio y discusión en el ámbito de la psicología y la medicina psicosomática.
De acuerdo con el estudio Leisure Sickness, de la IU International University of Applied Sciences, una de cada cinco personas se enferma justo al iniciar un periodo de descanso prolongado. El patrón se repite: terminas tus pendientes, cierras la computadora, haces maleta, y al llegar a tu destino, los síntomas aparecen.
Lista con todos sus síntomas
Los síntomas suelen ser de tipo psicosomático, es decir, manifestaciones físicas causadas o agravadas por factores psicológicos.
Síntomas físicos
- Dolores de cabeza (migrañas).
- Resfriados o síntomas gripales (fiebre, congestión, dolor de garganta).
- Fatiga extrema, cansancio abrumador.
- Náuseas, vómitos, diarrea.
- Dolores musculares o articulares.
- Malestar general.
Síntomas psicológicos y emocionales
- Angustia y ansiedad por el tiempo libre.
- Trastornos del sueño (insomnio).
- Irritabilidad o enojo.
- Depresión o sentimientos de tristeza.
- Dificultad para desconectarse de la rutina laboral o para planificar actividades recreativas.
- Sensación de incertidumbre o vacío al no tener obligaciones.
“No es que el descanso enferme, sino que el cuerpo, al bajar la guardia de forma repentina, revela el desgaste acumulado y es cuando suelen aparecer los síntomas”, indicó Hugo Palafox, científico especializado en metabolismo humano y vicepresidente de Ciencia en Immunotec.
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¿Por qué ocurre la enfermedad del ocio?
No existe una causa única y definitiva detrás de la enfermedad del ocio sino que es una condición que se genera por la suma de varios factores.
- Cambio brusco en los niveles de estrés: Durante periodos de alta actividad laboral o estrés crónico, el cuerpo produce hormonas como el cortisol y la adrenalina, que mantienen el sistema inmunológico en un estado de “alerta” y reprimen algunas funciones. Cuando el estrés disminuye abruptamente al iniciar el ocio, los niveles de estas hormonas caen rápidamente.
- Adictos al trabajo (“workaholics”): Para ellos, el trabajo no es solo una actividad, sino una parte central de su identidad y autoestima. Ven el tiempo de ocio como “tiempo perdido” o una amenaza a su valor personal. El hecho de no estar produciendo o siendo “útiles” les genera una profunda incomodidad y ansiedad.
- Dificultad para estar consigo mismos: En algunos casos, el trabajo y las actividades externas son una forma de evitar confrontar problemas personales, emocionales o la propia individualidad.
- Hábitos y rutinas: El cambio en los hábitos de sueño, alimentación, consumo de café o alcohol, que a menudo ocurre al inicio de las vacaciones, también puede desestabilizar el cuerpo y contribuir a los síntomas.
- Acumulación de fatiga: Algunas personas llegan a sus periodos de descanso con una fatiga extrema acumulada durante meses. Cuando finalmente se detienen, el cuerpo y la mente se “colapsan” para recuperarse, lo que puede manifestarse como enfermedad.