La tecnología avanza todos los días y está inmersa en todos los ámbitos de la vida. Uno de los campos más prometedores es la medicina cardiovascular porque busca hacer frente a un grupo de enfermedades que son causantes de millones de fallecimientos cada año. ¿Pero cuáles son las nuevas herramientas disponibles para los profesionales de la salud?
Tan sólo para tener en cuenta, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirma que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el planeta y más del 75 % de estos fallecimientos ocurren en países de ingresos medios y bajos como México.
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Factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares
Este tipo de padecimientos afectan al corazón o los vasos sanguíneos y pueden ser causadas por diversos factores. Algunos de los principales son la hipertensión arterial, una dieta poco saludable, colesterol alto, diabetes, contaminación atmosférica, obesidad, tabaquismo, enfermedades renales, inactividad física, consumo nocivo de alcohol y estrés.
Sumado a lo anterior, también influyen los antecedentes familiares, el origen étnico, el sexo y la edad de cada persona. Todo suma para aumentar el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular.
Avance y evolución de la medicina cardiovascular
Más allá de la prevención, también es importante el desarrollo de nuevos tratamientos para brindar atención a los pacientes o simplemente lograr diagnósticos oportunos. Con esto en mente, Guillermo Murra, quien es Director General de GE HealthCare México, compartió algunos de los principales avances en medicina cardiovascular que se han obtenido.
¿Qué es la cardiología intervencionista mínimamente invasiva?
Si bien algunas de estas enfermedades pueden requerir tratamientos médicos prolongados como cirugía abierta o manejo especializado, una gran parte de las enfermedades cardiovasculares, gracias a la tecnología médica de hoy, pueden ser atendidas por medio de la cardiología intervencionista mínimamente invasiva. Representa una alternativa segura y eficiente para los pacientes, al mismo tiempo que está redefiniendo la manera en que entendemos la atención médica de alta complejidad.
La Fundación Corachan señala que esta especialidad médica, centrada en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades cardiovasculares, utiliza técnicas mínimamente invasivas en las que los profesionales de la salud, a través de las arterias y venas, pueden tratar diversas afecciones cardíacas sin necesidad de cirugía a corazón abierto.
¿Qué tipo de enfermedades puede atender?
Algunas de las afecciones que se pueden atender a través de la cardiología intervencionista mínimamente invasiva son: la cardiopatía coronaria y el infarto de miocardio mediante angioplastias y catéteres para abrir arterias bloqueadas o restablecer el flujo sanguíneo. También, esta especialidad se emplea en trombosis y embolias para extraer coágulos.
Ahora bien, estos procedimientos se hacen generalmente en un laboratorio de cateterismo cardíaco, también conocido como sala de hemodinamia, que cuenta con tecnología médica que ofrece una visualización excelente del corazón y de sus cavidades.
Además estos equipos integran sistemas diseñados para proporcionar imágenes con la claridad necesaria y por si fuera poco, recientemente se han incorporado sistemas avanzados de imagenología con Inteligencia Artificial (IA) para apoyar al personal médico en el diagnóstico y tratamiento en tiempo real de enfermedades cardiovasculares y otras afecciones.
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¿Por qué la medicina cardiovascular es tan necesaria en los hospitales?
Hoy contar con esta clase de equipo en los hospitales, públicos y privados, representa la oportunidad de tratar padecimientos cardiacos realmente complejos. Además, su impacto no es menor en términos de sostenibilidad del sistema de salud.
Las terapias mínimamente invasivas respaldadas por tecnología de punta han mostrado reducir los costos hospitalarios al acortar los tiempos de estancia y evitar complicaciones asociadas a las cirugías abiertas.
Esta revolución en la cardiología intervencionista nos recuerda que el verdadero potencial de la innovación está en su capacidad de humanizar la medicina. Al final, cada avance que reduce el dolor, la incertidumbre o el tiempo de recuperación de un paciente, es un triunfo de la tecnología puesta al servicio de la vida.
En conclusión, en un contexto donde las enfermedades cardiovasculares continúan siendo una de las principales amenazas para la salud pública, la cardiología intervencionista mínimamente invasiva representa no solo un avance clínico, sino también una respuesta ética y eficiente ante la urgencia de salvar más vidas con menos riesgos.