El uso de fajas durante el embarazo y el posparto es un tema recurrente que genera muchas dudas y opiniones encontradas. Aunque algunas mujeres afirman que obtienen un alivio y apoyo al instante, para otras ocurre lo contrario e incluso consideran que se trata de un elemento innecesario y hasta perjudicial.
Si bien es difícil encontrar estadísticas precisas sobre el porcentaje de mujeres que utilizan fajas para el embarazo y el posparto a nivel global, diversas encuestas y estudios reflejan su popularidad.
Como ejemplo de lo anterior, una encuesta realizada en Estados Unidos en 2017 por BabyCenter reveló que el 57% de las mujeres consideraba usar o ya había usado una faja posparto. Otro estudio publicado en el Journal of Physical Therapy Science en 2018 encontró que el uso de cinturones pélvicos durante el embarazo fue efectivo para reducir el dolor lumbar y pélvico en mujeres embarazadas. (Wang, L., et al., 2018).
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Mitos y realidades de las fajas durante el embarazo
Con esto en mente, el Dr. Carlos Suárez Ahedo, quien es un ortopedista especialista en cirugía de cadera, compartió los principales mitos y realidades acerca del uso de fajas durante el embarazo y posparto.
“Para dilucidar esta cuestión, es fundamental separar los mitos de las realidades, entender las indicaciones específicas y conocer los beneficios que pueden ofrecer, siempre bajo la supervisión de un profesional de la salud”, menciona el especialista.
- Mito: Las fajas previenen las estrías.
- Realidad: Las estrías son el resultado del estiramiento rápido de la piel y de factores genéticos. Si bien una faja puede brindar soporte y reducir la tensión en la piel, no hay evidencia científica que demuestre que prevenga la aparición de estrías. “La hidratación y una nutrición adecuada son más relevantes en este aspecto”, comenta el Dr. Suárez Ahedo.
- Mito: Las fajas pueden dañar al bebé o restringir su movimiento.
- Realidad: Una faja apretada o mal colocada sí puede tener efectos negativos en el crecimiento del bebé, además limita sus movimientos.
- Mito: Todas las embarazadas deben usar faja.
- Realidad: El uso de fajas especiales durante el embarazo es una indicación que debe llevar la autorización del médico ginecólogo ya que solamente se recomiendan en casos especiales.
Mitos y realidades de las fajas durante el posparto
- Mito: Las fajas “moldean” la figura y hacen que el abdomen vuelva a su lugar más rápido.
- Realidad: Las fajas posparto brindan compresión y soporte, lo que puede dar una sensación de firmeza y ayudar a la mujer a sentirse más cómoda con su cuerpo después del parto. Sin embargo, no “moldean” el abdomen ni aceleran mágicamente el proceso de recuperación. Factores como la contracción uterina, la lactancia materna, la actividad física moderada y ejercicios especiales para la tonificación del abdomen son los factores clave para que el útero y el abdomen vuelvan gradualmente a su estado pre-embarazo.
- Mito: Las fajas curan la diástasis de rectos.
- Realidad: La diástasis de rectos es la separación de los músculos abdominales que sucede por el aumento del tamaño del vientre materno. Si bien algunas fajas pueden ofrecer soporte y ayudar a la mujer a ser más consciente de la activación de sus músculos abdominales, no son un tratamiento para la diástasis. “Un programa de fisioterapia especializado es esencial para la recuperación de esta condición”, recomienda el Dr. Suárez Ahedo.
- Mito: El uso de faja posparto debilita los músculos abdominales y del suelo pélvico.
- Realidad: Si se usa de forma prolongada y sin combinar con ejercicios específicos, existe el riesgo de que los músculos abdominales y del suelo pélvico se vuelvan dependientes del soporte externo. Por ello, es fundamental alternar el uso de la faja con ejercicios de fortalecimiento y rehabilitación.
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Indicaciones específicas para usar faja
Durante el embarazo
- Dolor lumbar o sacroilíaco: La faja puede ayudar a redistribuir el peso del bebé y reducir la presión sobre la columna, pero siempre deben tener supervisión médica.
- Embarazo múltiple.
Durante el posparto
- Tras una cesárea: Proporciona compresión suave sobre la incisión, lo que puede reducir el dolor y la inflamación, y ofrecer una sensación de seguridad al moverse.
- Tras un parto vaginal: Puede brindar soporte a los músculos abdominales que han quedado distendidos, especialmente si hay sensación de “vacío” o debilidad.
- Dolor lumbar posparto.
- Ayuda a la mujer a sentirse más cómoda y segura al moverse en las primeras semanas posparto.
Es importante recalcar que el uso de fajas debe ser una herramienta complementaria y no un sustituto de otros cuidados esenciales como el ejercicio físico adaptado, la fisioterapia y una nutrición adecuada.
Antes de decidir usar una faja, es fundamental consultar con tu médico ginecólogo, un fisioterapeuta o inclusive ortopedista para obtener una recomendación personalizada y asegurar un uso seguro y beneficioso.