El estilo de vida actual en donde todo es acelerado y al momento ha generado un aumento en el cansancio físico y mental. El problema es más profundo de lo que algunos piensan porque desencadena molestias de diversa magnitud en las personas. Al mismo tiempo, ha propiciado la aparición de fenómenos como el Síndrome de Burnout autista que se encuentran en investigación.
De forma constante se habla acerca del síndrome de burnout, también conocido como síndrome de desgaste profesional. Consiste en un estado de agotamiento físico, emocional y mental prolongado que se produce como resultado de un estrés crónico y no atendido.
Con lo anterior en mente, María Méndez, quien es presidenta y fundadora de Vacation is a Human Right (VIAHR), habló acerca del Síndrome de Burnout autista. Se trata de una variante que conduce a un agotamiento poco visibilizado pero que es altamente peligroso.
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¿Qué es el Síndrome de Burnout autista?
Este tipo de burnout no es simplemente “estar cansado”. Es un agotamiento físico, mental y emocional profundo que aparece cuando una persona con Trastorno del Espectro Autista realiza un esfuerzo constante por adaptarse a entornos que no están pensados para ella.
Desde ajustar su comportamiento para “encajar”, controlar la sobrecarga sensorial, suprimir respuestas naturales o intentar cumplir con expectativas sociales impuestas, el desgaste puede ser inmenso. Y muchas veces imperceptible para quienes les rodean.
¿Cuáles son los síntomas del Síndrome de Burnout autista?
- Fatiga extrema, más allá del cansancio habitual.
- Pérdida temporal de habilidades adquiridas.
- Dificultades para regular emociones o comunicarse.
- Desconexión del entorno y deseo de aislarse.
- Sensación de colapso físico o emocional.
Lo más preocupante es que estos signos suelen ser malinterpretados o subestimados, incluso por profesionales, lo que puede llevar a intervenciones inadecuadas o, peor aún, a la invisibilización del sufrimiento.
¿En qué se diferencia del Síndrome de burnout común?
Según Autism Awareness Australia y Autism Learning Partners, a diferencia del burnout general, este tipo de agotamiento no se resuelve simplemente con descanso físico. Requiere cambios reales en el entorno, mayor comprensión social, estrategias de afrontamiento adaptadas a cada persona, además de tiempo, validación y apoyo especializado.
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¿Cómo se puede atender?
En muchas ocasiones, quienes viven con Síndrome de burnout autista necesitan espacios seguros para descomprimir, reducir estímulos, y sentirse aceptados tal como son, sin tener que rendir constantemente para ser “válidos”.
Desde Vacation is a Human Right (VIAHR), nos unimos al llamado de la Universidad de San Agustín y de muchas otras voces que trabajan por visibilizar el Síndrome de burnout autista. Porque el descanso también es neurodivergente: no todas las personas lo hacen de la misma forma, ni por las mismas razones.
Promovemos una cultura del bienestar donde el descanso no sea visto como un lujo, sino como un acto de cuidado y reparación.
Una pausa a tiempo puede ser la diferencia entre resistir y sanar. Seguiremos trabajando para construir espacios más humanos, inclusivos y conscientes, donde cada cuerpo y cada mente tengan permiso para detenerse, sin culpa. Creemos que descansar también es cuidarse. Y eso no es negociable.