Con la fusión de Pfizer (en la ciudad de Nueva York) y Allergan (fabricante de Botox con sede en Dublín) se pretendía crear la mayor farmacéutica y mudar la sede de la empresa a Irlanda para bajar su tasa de impuestos. No obstante, la propuesta del Departamento del Tesoro de Estados Unidos de establecer nuevas regulaciones tributarias puso en duda esta fusión.
El anuncio se produjo luego de que las autoridades presentaran nuevas normas para evitar este tipo de acuerdos que permitirían a la farmacéutica estadounidense reducir el pago de impuestos al domiciliarse en Irlanda.
Para Barack Obama, presidente de Estados Unidos, las “inversiones tributarias” son “poco patrióticas”, por lo que su gobierno ha tratado de impedirlas. De modo que, aunque las nuevas normas no mencionan a Pfizer ni a Allergan, una de sus cláusulas alude a una característica específica de su fusión: el pasado de Allergan como gran comprador de empresas.
Al suspenderse esta fusión, el gobierno de Obama obtiene importante victoria en su último año de gestión, ya que recientemente calificó la evasión de impuestos mundial como un “problema enorme” derivado de “reversiones” corporativas que permiten rebajan las facturas de impuestos mediante su domiciliación en el extranjero.