El gasto de bolsillo en salud forma parte de la vida de millones de personas. No importa si alguien está afiliado al IMSS o ISSSTE porque en cualquier momento es necesario comprar medicamentos o pagar por algún servicio. Con esto en mente, a continuación te compartimos algunos consejos para que el monto y los riesgos sean menores.
Pero antes, ¿qué es el gasto de bolsillo en salud?
El gasto de bolsillo en salud se refiere al pago directo que realizan las personas o las familias al momento de recibir atención médica o al adquirir productos y servicios relacionados con la salud.
Dicho de otra forma, es lo que los hogares pagan de su propio dinero para cubrir sus necesidades de salud, sin que medie un seguro de salud, el gobierno o algún otro esquema de protección financiera.
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¿Qué incluye?
- Consultas médicas: Pagos por visitas a médicos generales, especialistas, dentistas, psicólogos, etc.
- Medicamentos: Compra de medicinas, tanto con receta como sin ella, en farmacias.
- Procedimientos y estudios: Costos de análisis de laboratorio, radiografías, resonancias magnéticas, ecografías y otros estudios diagnósticos.
- Hospitalización: Pagos por estancias en hospitales, cirugías y tratamientos intrahospitalarios.
- Material de curación: Vendas, gasas, desinfectantes, etc.
- Aparatos ortopédicos y terapéuticos: Lentes, audífonos, sillas de ruedas, muletas, prótesis, etc.
- Terapias: Fisioterapia, rehabilitación, terapia ocupacional, etc.
- Transporte a servicios de salud: En algunas definiciones amplias, también se considera el costo de transporte para acceder a la atención.
La prevención es la mejor medicina
Prevenir es más que un acto de autocuidado, es una decisión estratégica que puede cambiar el rumbo de nuestra salud y economía personal. En un contexto donde las enfermedades metabólicas y crónicas afectan a millones de personas en México, los especialistas alertan sobre la necesidad de adoptar un enfoque preventivo que permita reducir no solo el sufrimiento físico, sino también el impacto financiero que conlleva no atenderse a tiempo.
Claudia Larrauri, Nutrióloga Clínica y Especialista en Obesidad y Enfermedades Metabólicas, señala que la mayoría de los pacientes llegan a consulta cuando ya presentan complicaciones asociadas al sobrepeso, la obesidad o enfermedades como diabetes tipo 2, hipertensión arterial y dislipidemias. En ese punto, el tratamiento se vuelve más complejo, prolongado y costoso.
“El gran error es pensar que acudir al médico sólo es necesario cuando ya hay dolor o síntomas evidentes. Lo cierto es que muchas enfermedades metabólicas avanzan en silencio durante años, y cuando se manifiestan, ya han afectado órganos vitales. Prevenir siempre será más barato y más efectivo que corregir”, explica el especialista.
¿Cómo lograr que el gasto de bolsillo en salud sea menor?
- Realiza un chequeo médico integral al menos una vez al año.
- Atiende factores de riesgo como sobrepeso, niveles elevados de glucosa, presión arterial o colesterol.
- Mejora tus hábitos de alimentación y actividad física con apoyo profesional.
- Evita la automedicación y los “remedios rápidos” sin base científica.
- Busca atención médica especializada si ya has sido diagnosticado con una enfermedad metabólica.
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Costos de la atención de enfermedades comunes
Los costos económicos de no prevenir son contundentes. De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), una persona diagnosticada con diabetes tipo 2 puede gastar entre 18,000 y 25,000 pesos anuales, y hasta el doble si presenta complicaciones como pie diabético, insuficiencia renal o pérdida de la visión. A esto se suman gastos indirectos como traslados, análisis clínicos, pérdida de productividad y ausencias laborales.
En cambio, un programa preventivo integral, que combine consulta médica, evaluación nutricional, estudios clínicos básicos y educación en hábitos saludables, puede costar menos de un tercio de ese gasto anual. Y, lo más importante, puede evitar que la enfermedad avance.
Un estudio del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) estima que los costos directos en salud atribuibles al sobrepeso y la obesidad podrían alcanzar hasta 240 mil millones de pesos anuales para 2050 si no se fortalecen las estrategias de prevención y tratamiento oportuno.