La hiperplasia prostática benigna es uno de los problemas de salud más comunes en los hombres mayores de 50 años. El inconveniente es que la mayoría de los varones no saben en qué consiste, la forma correcta de su diagnóstico ni los tratamientos actuales que existen.
Un punto muy importante es que a pesar de la palabra “benigna” no significa que no cause molestias. Además se estima que alrededor de la mitad de los hombres en su etapa adulta lo van a desarrollar y los números aumentan conforme pasan los años.
Con lo anterior en mente, alrededor del 70% de los hombres mayores de 60 años lo padecen y después de los 70 años la cifra aumenta al 80%.
Pero antes, ¿qué es la hiperplasia prostática benigna?
En esta condición la próstata aumenta de tamaño de forma no cancerosa (benigna), mientras que “hiperplasia” significa un crecimiento excesivo de células. A medida que la próstata crece, puede comprimir la uretra, lo que dificulta el flujo de la orina.
En hombres adultos se considera que una próstata está agrandada cuando su volumen es de 30 mililitros o más. El volumen de una próstata normal es de unos 25 ml, y su peso típicamente varía entre 15 y 25 gramos.
¿Por qué ocurre?
Aunque no se conoce la causa exacta, se cree que está relacionada con los cambios hormonales que ocurren en los hombres con el envejecimiento. Factores como la edad, antecedentes familiares, obesidad y algunas enfermedades crónicas (como diabetes y enfermedades cardíacas) pueden aumentar el riesgo.
De acuerdo con el Dr. Ricardo González, urólogo del Hospital Houston Methodist, en una próstata normal la pared de la vejiga es delgada. Pero conforme la próstata crece la pared de la vejiga se engrosa, lo cual da lugar a una vejiga menos elástica.
¿Cuáles son los síntomas de la hiperplasia prostática benigna?
- Necesidad frecuente de orinar (Polaquiuria): Orinar muchas veces al día, incluso con poca cantidad de orina.
- Urgencia urinaria: Una necesidad repentina e intensa de orinar, que es difícil de posponer.
- Micción nocturna (Nicturia): Despertarse varias veces durante la noche para orinar.
- Sensación de que no se puede vaciar completamente la vejiga.
- Dificultad o retraso para comenzar a orinar.
- Un flujo de orina que comienza y se detiene.
El Dr. González señala que es común que los hombres sientan que su calidad de vida se ve afectada debido a la falta de sueño y productividad conforme empeoran los síntomas, lo que puede incluso derivar en depresión. Y con el tiempo, si no se trata, puede causar problemas como piedras en la vejiga, sangre en la orina, infecciones urinarias y daño renal debido al reflujo de la orina.
¿Cómo se diagnostica?
Los médicos utilizan el International Prostate Symptom Score (IPSS, por sus siglas en inglés), una herramienta de evaluación que les ayuda a entender y medir los aspectos relacionados con los hábitos urinarios de una persona, incluyendo:
- Vaciamiento incompleto.
- Frecuencia.
- Flujo intermitente.
- Urgencia.
- Flujo débil.
- Esfuerzo al orinar.
- Nicturia (levantarse en la noche para orinar).
- Calidad de vida, es decir, cómo los hábitos urinarios afectan la capacidad para realizar tareas cotidianas.
El cuestionario IPSS se mide en una escala, siendo 35 la puntuación máxima. Una puntuación IPSS por encima de 20 indica síntomas severos de BPH, y cualquier valor por debajo de 8 se considera leve. Además se realiza un examen prostático para evaluar el tamaño de la próstata y revisar si hay crecimiento.
Otras pruebas pueden incluir un estudio de flujo para medir la velocidad del chorro de orina, un ultrasonido para verificar cuánto orina queda en la vejiga después de orinar, y una cistoscopía, que es una revisión del interior de la vejiga y la uretra.
¿Qué tratamientos existen para la hiperplasia prostática benigna?
El experto urólogo del Hospital Houston Methodist explica que las personas con una próstata de tamaño pequeño, entre 30 y 80 gramos, y que no presentan dificultad para vaciar por completo la vejiga, tienen opciones de tratamiento.
Además de los medicamentos, existen algunos procedimientos en consultorio que utilizan anestesia local para aliviar los síntomas, entre ellos.
- Rezum: una terapia térmica con vapor de agua que reduce el tamaño de la próstata
- Urolift: este procedimiento de levantamiento uretral prostático ensancha la uretra al separar los lóbulos agrandados de la próstata
- Dispositivo temporal de nitinol implantable (iTIND): este dispositivo removible se inserta y ayuda a remodelar la uretra
El Dr. González explica que estos procedimientos mínimamente invasivos están disponibles para pacientes que no desean tomar medicamentos a largo plazo o que desean preservar su función sexual.
Por otra parte, las personas con síntomas significativos y una próstata con un volumen de 30 a 80 ml, o más, podrían no encontrar alivio con medicamentos y, por lo general, no son candidatas para los procedimientos mínimamente invasivos en consultorio.
Opciones quirúrgicas disponibles
- Acuablación: este procedimiento utiliza chorros de agua a alta presión para eliminar el tejido prostático excesivo.
- Vaporización fotoselectiva de la próstata (PVP): se utiliza un láser para reducir el tamaño de la próstata.
- Enucleación endoscópica anatómica (AEEP): este tipo de procedimiento, que puede realizarse con varios tipos de láser (GreenLight LEP, HoLEP, ThuLEP), elimina tejido prostático para ayudar a restaurar la función urinaria.
- Prostatectomía: una cirugía que puede realizarse de manera abierta o robótica para retirar parte o toda la próstata.