Investigadores de la Universidad de Rochester, en Nueva York, Estados Unidos, hallaron una nueva manera de detener el crecimiento de las células cancerosas.
La investigación publicada esta semana en la revista Science y financiada por los Institutos Nacionales de Salud, se llevó a cabo en células de cáncer de riñón y de cuello uterino en el laboratorio y por el momento está muy lejos de ser aplicada en personas, sin embargo, podría ser la base de una alternativa de tratamiento en el futuro, dijeron los investigadores.
Durante el estudio, los especialistas identificaron una proteína llamada Tudor-SN, indispensable en la fase preparatoria del ciclo celular, el periodo en el que la célula se prepara para dividirse.
Cuando los investigadores eliminaron esta proteína de las células utilizando la tecnología de edición de genes CRISPR-Cas9, las células tardaron más en prepararse para la división y la pérdida de Tudor-SN hizo más lento el ciclo celular.
Ya sabemos que Tudor-SN se encuentra en cantidades más abundantes en las células cancerosas que las sanas y nuestra investigación sugiere que dirigirse a esta proteína podría inhibir el rápido crecimiento de las células cancerosas.
Además, mencionaron que existen compuestos que bloquean Tudor-SN por lo que podrían ser candidatos para desarrollar una posible terapia. Los expertos hallaron que esta proteína influye en el ciclo celular a través del control de microARNs, moléculas que afinan la expresión de miles de genes humanos.
Cuando conseguimos eliminar Tudor-SN de las células humanas, los niveles de docenas de microARNs suben. El incremento de la presencia de microARNs detiene los genes que estimulan el crecimiento celular. Con estos genes en off, la célula se mueve con más lentitud desde la fase preparatoria hasta la etapa de división celular.
El próximo paso es entender como Tudor-SN trabaja con otras moléculas y proteínas para que los próximas investigaciones logren identificar los medicamentos más apropiados para atacar el cáncer.