Investigadores de Clínica Mayo desarrollaron un injerto de polímero biodegradable que puede crecer con el tamaño y la forma correcta para reparar las vértebras dañadas de la espina dorsal de modo más económico y menos invasivo.
La nueva técnica fue creada para tratar a pacientes con tumores metastásicos en la espina dorsal, ya que cuando los especialistas extirpan aquellos que ocupan áreas extensas extraen el hueso y los discos adyacentes de la zona afectada, por lo que hay que rellenar el espacio para proteger la médula espinal y garantizar las funciones de la columna vertebral.
Para resolver este problema se realiza cirugía invasiva en la que se abre la cavidad torácica del paciente desde la parte central a fin de colocar prótesis óseas o de metal, o ben, otra opción menos invasiva pero más costosa consiste en colocar implantes de titanio cortos y expandibles.
Por ello, los científicos de Clínica Mayo se concentraron en buscar un material efectivo y menos caro para ofrecer otro tratamiento a los pacientes. Éste es el polímero biodegradable que, al estar deshidratado, posee tamaño pequeño, lo cual permite que la cirugía para implantarlo sea menos invasiva.
Tras colocarlo en el lugar indicado, el injerto de polímero biodegradable se humedece hasta alcanzar el tamaño de las vértebras a las que sustituye. Además, también se puede rellenar con materiales estabilizadores y medicamentos.
Por ahora, ensayos con animales han permitido a los especialistas asegurar que este método ofrece biocompatibilidad en humanos.