Gran expectativa generó el remake La Bella y la Bestia con la actriz Emma Watson. A raíz de este fenómeno cinematográfico, una gran cantidad de datos curiosos sobre la versión original salieron a la luz, específicamente aquél que se refiere a que la cinta contiene una metáfora sobre el VIH.

Durante una entrevista realizada por el sitio Attitude al director de la reciente entrega de La Bella y la Bestia, Bill Condon, éste habló del letrista de la versión animada de 1991, Howard Ashman, quien padecía VIH y se veía a sí mismo reflejado en la historia.

Poco antes de que Ashman compusiera la letra de la canción principal, descubrió que tenía Sida, por lo que fue su idea no sólo convertir la película en un musical, sino convertir a la Bestia en uno de los personajes principales. Hasta ese momento, era sólo la historia de Bella la que se había platicado.

Para Ashman se trataba de una metáfora del Sida. La Bestia tenía una maldición y eso había provocado sufrimiento en las personas que lo amaban y, sólo tal vez, había una oportunidad de que ocurriera un milagro y de que la maldición terminara. Lamentablemente Ashman murió por complicaciones cuatro días después del estreno de la película.

Howard Ashman pasó a la historia de la industria cinematográfica como uno de los primeros hombres abiertamente homosexual.