El Super Bowl es mucho más que un simple partido de fútbol americano. En realidad se trata de uno de los eventos deportivos más importantes del mundo por diferentes motivos. De hecho la edición de 2024 fue vista por 123.5 millones de personas tan sólo en Estados Unidos.
Aunque el motivo principal es definir al equipo campeón de la National Football League (NFL), al final también influyen otros factores. También se trata de una plataforma para que múltiples empresas difundan su trabajo más reciente como trailers de películas o campañas publicitarias.
De hecho durante el Super Bowl 2025 tanto Novartis como Pfizer van a estrenar sus nuevos anuncios creados para impulsar la lucha contra el cáncer. Para lograr que cada una aparezca durante la transmisión del partido tuvieron que hacer inversiones millonarias.
¿Cuáles son las peores lesiones deportivas que han ocurrido en un Super Bowl?
Dentro del aspecto exclusivamente deportivo, a lo largo de la historia del Super Bowl han ocurrido diversas lesiones que no sólo han afectado el desarrollo de los partidos, sino que también han tenido un impacto duradero en las carreras de los jugadores involucrados.
Terrell Davis – Super Bowl XXXII (1998)
El corredor de los Denver Broncos, Terrell Davis, sufrió una migraña intensa durante el partido contra los Green Bay Packers, lo que le provocó una pérdida temporal de visión. A pesar de esta condición debilitante, Davis regresó al campo y fue fundamental en la victoria de su equipo, siendo nombrado el Jugador Más Valioso (MVP) del encuentro.
Patrick Mahomes – Super Bowl LV (2021)
El mariscal de campo de los Kansas City Chiefs, Patrick Mahomes, jugó el Super Bowl LV contra los Tampa Bay Buccaneers mientras lidiaba con una lesión en el dedo del pie conocida como “turf toe”. Esta lesión afectó su movilidad y rendimiento durante el juego, contribuyendo a la derrota de su equipo.
Anquan Boldin – Super Bowl XLVII (2013)
Aunque la lesión de Boldin ocurrió antes del partido, es relevante mencionar que el receptor de los Baltimore Ravens sufrió una fractura facial múltiple en 2008. A pesar de la gravedad de la lesión, Boldin regresó al campo y fue una pieza clave en la victoria de los Ravens en la final del 2013.
Estas lesiones destacan la resiliencia y determinación de los jugadores de la NFL, quienes, a pesar de enfrentar desafíos físicos significativos, han demostrado un compromiso inquebrantable con el deporte y sus equipos.
