Como cada 1 de diciembre hoy se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el VIH/SIDA y es una oportunidad para crear conciencia sobre los factores de riesgo, eliminar la estigmatización y la reducción del contagio de una enfermedad que sigue siendo un problema de salud pública mundial.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se estima que 100 mil personas contrajeron VIH durante 2018 en Latinoamérica y uno de cada cinco eran jóvenes de entre 15 y 24 años.

Lo que en sus inicios fue una patología desconocida y una causa inevitable de muerte, hoy es una enfermedad crónica y tratable. Y mientras las investigaciones para lograr la cura avanzan, especialistas de Mayo Clinic están de acuerdo en que detección temprana y las terapias antirretrovirales permiten a los afectados mejorar su calidad de vida. Con esto se mantiene el virus suprimido y con una esperanza de vida similar a la de cualquier persona no contagiada.
En ese contexto, mucho del foco se ha centrado en las enfermedades oportunistas que, como su nombre indica, aprovechan la condición de bajas defensas de los pacientes VIH positivos para introducirse en el organismo. En muchos casos, se trata de males que no aparecerían si el sistema inmunológico fuera normal.
Algunas de las enfermedades oportunistas más frecuentes son:
- Tuberculosis: Las posibilidades de que un seropositivo la presente pueden ser hasta 40 veces más que las de una persona no infectada. Por ello todos pacientes diagnosticados con VIH se someten a una prueba de detección de la tuberculosis.
- Neumonía por Pneumocystis carinii: Es una de las enfermedades oportunistas más comunes en el VIH/SIDA. Sin tratamiento puede llegar a afectar al 85 por ciento de los seropostivos.
- Candidiasis: Infección que puede encontrarse en la mayoría de las personas aunque no se manifiesta en personas con un sistema inmunológico sano.
- Citomegalovirus: Infección viral que podría afectar a todo el organismo. La enfermedad puede originar diarrea, meningitis y, con más frecuencia, retinitis que si no recibe tratamiento oportuno puede derivar en ceguera. Aproximadamente, el 90% de los pacientes con SIDA sufren de esta infección.
- Hepatitis C: Aunque no se considera una enfermedad oportunista, su incidencia entre las personas con VIH es muy elevada. Además se ha convertido en la primera causa de hospitalización y una de las primeras de muerte en los enfermos con SIDA.