Los acontecimientos ocurrieron en Melbourne, Australia, donde Terry, una joven de 25 años, decidió enfrentar al cáncer y a todos los pronósticos médicos que estaban en su contra al quedar embarazada.

Cuando Terry supo que sería madre, ella presentaba un tumor benigno en la cabeza y otros tumores cancerígenos en la columna. “Algunos médicos de Melbourne me dijeron que no me ayudarían debido a los riesgos de salud”, dijo la joven a una televisora local.

De hecho, cuando la joven se casó con su novio Zachary, ambos decidieron que querían formar una familia de inmediato, pero los médicos les aconsejaron no hacerlo debido a que su vida y la del bebé podrían correr peligro. Sin embargo, el matrimonio decidió intentarlo.

La joven madre logró superar el cáncer de columna durante su infancia, pero debido a las secuelas, su crecimiento se vio afectado y su brazo izquierdo quedó paralizado. Después, a los 14 años, le fue diagnosticado un cáncer cerebral.

Terry no se encontraba en su mejor momento de salud cuando quedó embarazada, ya que su capacidad pulmonar era demasiado baja, tenía un tumor cerebral benigno y le fueron diagnosticados tumores malignos en la columna. Ante esta situación los médicos le aconsejaron abortar, pero la pareja no hizo caso. 

Por fortuna para Terry no todo estaba perdido, pues los médicos del Royal Women’s Hospital decidieron ayudarla al enterarse de su caso. Fue así que su bebé Matthew nació bajo perfectas condiciones de salud.

Sue Walker, directora de Medicina Perinatal de ese hospital calificó este hecho como milagroso. “Terry es un maravilloso ejemplo de lo que se puede lograr si se tiene el valor y la determinación de lograr las cosas. 

“Es el sueño de toda mi vida y es maravilloso haberlo cumplido” dijo Terry a LifeSiteNews.

Imagen: Chanel Seven, Melbourne.