Personal del Hospital Rural número 2 IMSS-Prospera de Motozintla, en la Sierra Madre de Chiapas, huyó de este nosocomio tras recibir amenazas de un grupo civil armado conocido como Frente Regional, el cual irrumpió violentamente.
Aproximadamente 23 empleados, entre ellos médicos y enfermeras, denunciaron que tuvieron que abandonar sus trabajos debido a la falta de garantías por parte de las autoridades municipales, estatales y federales para seguir realizando su labor.
Los afectados dijeron que el domingo 10 de julio un grupo de más de 20 personas ingresó al hospital reclamando por la muerte de un mujer durante un parto y, con bates, tubos y pistolas en mano, rompieron cristales y dejaron pintas con aerosol con frase intimidatorias como “exigimos castigo a médicos asesinos”.
En un mensaje enviado por los galenos a los medios de comunicación, señalaron que “desde hace varios años que se viene atentando en contra de los trabajadores de dicho hospital” y recordaron los hechos en que trabajadores del mismo nosocomio fueron humillados y “tratados como viles delincuentes”.
Los médicos reconocieron que vivieron horas de angustia, pues el grupo armado amenazó con “quemar el hospital junto con todo el personal y pacientes”.
Los galenos responsabilizaron a las autoridades del IMSS por su falta de interés, al presidente municipal, Víctor Lavalle Cuevas, “quien ya tiene conocimiento de cómo opera ese grupo social armado y del cual no ha tenido control, pues han quemado antes patrullas y la presidencia municipal”, así como al gobierno estatal y federal “por cualquier daño causado a los trabajadores de salud del IMSS en Motozintla, por no poner orden y paz a nuestro municipio”, señalaron.
Los médicos y enfermeras han lanzado cuestionamientos que, al menos por ahora, parecen no tener respuestas: “¿Hasta cuándo podremos trabajar sin tener la presión política y de organizaciones sociales?, ¿hasta que haya médicos o enfermeras muertos?”.
Imagen: Bigstock