La industria farmacéutica tiene, como la medicina, una historia compleja. En un inicio, sus productos tenían como base creencias y supersticiones. Conforme el conocimiento científico se refinó, también lo hicieron las sustancias que vendían al público. En el camino, sin embargo, muchos productos potencialmente tóxicos llegaron a las manos de los consumidores. Entre ellos, el famoso talco para bebés de la multinacional Johnson&Johnson (J&J).
Sin embargo, en este caso en particular, la malicia e ineptitud serían las culpables, no la ignorancia o los tiempos. Así lo afirma una investigación realizada por Reuters, donde acusa a la farmacéutica de ocultar información durante décadas. En particular, el conocimiento que su popular talco para bebé contenía trazos de asbestos. Esta sustancia tiene efectos cancerígenos.
Talco para bebés y el engaño de 30 años
De acuerdo con la agencia, Johnson&Johnson registró en documentos históricos esta contaminación. Al menos entre 1971 y la primera parte de los 2000, su talco para bebés daba positivo en pruebas de asbestos. En múltiples documentos, se puede observar una complicidad en toda la compañía. Doctores, ejecutivos y abogados encubrieron los resultados de estos tests.
Ya desde 1999 se han presentado demandas contra la farmacéutica por el asbestos en su talco. Entonces, Johnson&Johnson enfrentaba un proceso impuesto por una paciente de cáncer. La mujer, de 52 años, tuvo que abandonar el proceso porque nunca se pudo armar el caso. En parte, porque la compañía jamás proporcionó las pruebas toxicológicas de su talco para bebés.
Reuters apunta que los procesos de detección de la farmacéutica han mejorado con el tiempo. Sin embargo, siempre se ha procurado mantener un bajo nivel de detección para asbestos. Además, señala que en todos los procesos, incluso donde se le ha declarado culpable, insistía que cualquier prueba sobre la peligrosidad de su talco para bebés era falsa.
Ante la evidencia por estos documentos, la farmacéutica explica las concentraciones de asbestos con otros factores. Señaló que los resultados no corresponden al talco para bebés, sino a su producto de uso industrial. También llegó a afirmar que las sustancias detectadas no son este químico, sino otro elemento de estructura similar, no tóxico. Incluso, argumentó que se trataba de contaminación accidental en las pruebas. De acuerdo con Reuters, ningún ejecutivo ha declarado.