Hace algunas semanas, médicos residentes del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) iniciaron el movimiento denominado #NiUnaBataMenos, con el objetivo de que las autoridades de los tres niveles de gobierno garanticen la seguridad de los profesionales de la salud.
Sobre el origen de este movimiento, sus organizadores han explicado que se debe al incremento de las agresiones físicas y verbales contra médicos y otros trabajadores de la salud. Pero también ha servido para exigir mejor mobiliario y más material para realizar mejor su trabajo.
El movimiento #NiUnaBataMenos se ha extendido a diferentes ciudades de la república destacando Irapuato, León, Guadalajara, Colima, Tepic y Obregón.
Debido a la presión ejercida por este grupo de médicos residentes, el IMSS decidió suspender temporalmente la rotación de plazas en diversos puntos del país como Papantla, Veracruz y en la comunidad de San Carlos, Tamaulipas, por considerarlos de alto riesgo y por no cumplir con las condiciones necesarias de seguridad. De hecho, las autoridades de salud también han contemplado suspender estar rotaciones en otras ciudades y comunidades de Michoacán, Guerrero, Hidalgo y Veracruz.
Movimiento médico aún no termina
A través de su página de Facebook, el movimiento #NiUnaBataMenos ha señalado que se han conseguido algunos resultados en favor de la comunidad médica, pero advierten que el movimiento aún no termina.
Faltan muchas cosas por aclarar en las que debemos trabajar para garantizar mayor seguridad al personal de salud y, por ende, para ofrecer un mejor servicio a las personas.
Por medio de un memorándum, el movimiento #NiUnaBataMenos informó que en lo que va del sexenio han ocurrido 80 actos de violencia contra el gremio médico, algunos de ellos, con resultados mortales.