El gobierno de Barack Obama, en un esfuerzo por frenar las muertes ocasionadas por consumo de heroína y abuso de analgésicos opiáceos en Estados Unidos, busca que los médicos puedan usar con mayor facilidad medicinas contra adicciones.
A principios de 2016 el mandatario solicitó al Congreso mil 100 millones de dólares para el año fiscal 2017 (que iniciará el próximo octubre) con el objetivo de expandir durante dos años el acceso a tratamientos contra el abuso de medicamentos recetados y el consumo de heroína.
Los decesos por sobredosis de opiáceos son la principal causa de muerte no intencional entre los estadounidenses, los cuales tuvieron un aumento de 14 por ciento entre 2013 y 2014 y, actualmente, se calcula que cada 19 minutos alguien falleces por este motivo.
En EE. UU. los médicos están limitados por la ley para prescribir fármacos como buprenorfina para el tratamiento contra abuso de opioides. Al día de hoy, aproximadamente 30 mil médicos están autorizados para prescribir el medicamento a 100 pacientes cada uno, por lo que la Casa Blanca busca aumentar estas cifras, ya que son factores clave en el combate contra la ola de muertes por adicción a opioides.
En fechas recientes, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) emitieron nuevas normas de prescripción de opioides, indicando claramente que no eran terapias de primera línea, por lo que debería darse prioridad a la fisioterapia, ejercicio y analgésicos simples sobre los narcóticos.
Por su parte, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), anunció que los analgésicos opiáceos deberán incluir advertencia sobre riesgos de adicción, sobredosis y muerte.
Aunque los esfuerzos de Obama para atacar este problema de salud publica son bien vistos en el país, expertos en adicciones reconocen que lo que urge son soluciones efectivas, entre las que debe incluirse capacitar a los médicos en el abordaje de estos temas con sus pacientes.
Entre los esfuerzo planteados por Obama para reducir los decesos por consumo de heroína y abuso de analgésicos opiáceos se encuentran dotar con un fondo de 11 millones de dólares a los estados del país para que entidades locales mejoren el tratamiento médico contra la adicción a estas sustancias.
Asimismo, plantea la formación de otro fondo de 11 millones de dólares para que los estados compren y distribuyan naloxona, antagonista de los receptores opioides que se utiliza desde hace más de cuatro décadas para tratar sobredosis y que está disponible sin receta en algunas farmacias del país, como en las de Nueva York.