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Mayoría de personas con obesidad han sufrido discriminación dentro del consultorio médico

Un tratamiento médico contra la obesidad sin la correcta empatía puede provocar que el paciente no logre bajar de peso en tiempo y forma.
obesidad
  • En el mundo, hasta 62% de la población con obesidad ha sufrido maltrato por parte de familiares, en centros escolares y lugares de trabajo.
  • Angustia, aislamiento, depresión, ansiedad, baja autoestima y estrés crónico son algunas de las repercusiones mentales por el estigma.
  • Cada 1 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Cero Discriminación.

 

El estigma y la discriminación son barreras que interfieren en la búsqueda de atención médica de las personas que viven con obesidad. Así lo indicó la psicóloga de la Clínica de Obesidad y Trastornos de la Conducta Alimentaria del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” (INCMNSZ), Verónica Vázquez Velázquez.

¿Hay discriminación de los médicos a pacientes con obesidad?

A nivel internacional hasta el 62 por ciento de personas con esta condición ha vivido experiencias de estigma en la familia, en el consultorio médico, en la escuela y en los lugares de trabajo. Casi 80 por ciento ha sufrido discriminación por su peso y 60 por ciento cree que no ha hecho lo suficiente para modificar su situación. Como ejemplo, experimentan culpa porque creen que “no tienen suficiente fuerza de voluntad”.

La especialista explicó que, además de ser un factor de riesgo para distintas enfermedades, daña también la salud mental y el impacto es mayor cuando sufren discriminación. Además también provoca más episodios de depresión, ansiedad e incluso pensamientos o actos suicidas.

“La insatisfacción corporal genera baja autoestima que se traduce en estrés crónico. Todos estos prejuicios por su peso se van interiorizando. Las personas creen que es verdad y eso impacta en su forma de relacionarse con el mundo, en las decisiones que toman, en la búsqueda de tratamiento. No quieren hablar del peso y se enojan o molestan contra quien habla del tema”.

Las mujeres experimentan más la presión social por la delgadez, por los cambios corporales o por cumplir expectativas de cánones de belleza. Los medios de comunicación y las redes sociales han explotado, a través de la publicidad, la idealización de la delgadez a la que particularmente las mujeres y niñas son bombardeadas desde muy temprana edad.

¿Cuáles son los mejores tratamientos para bajar de peso?

Ante estos casos, la terapia cognitivo-conductual ha demostrado resultados positivos en la atención de la obesidad como parte del tratamiento integral que incluye plan de alimentación, actividad física y, de ser necesario, medicamentos y en algunos casos la cirugía bariátrica.

La especialista explicó que la terapia ofrece herramientas para lograr el peso saludable, manejar el estrés, tener habilidades para el autocuidado, higiene del sueño y mejorar su relación con los demás.

Otro factor que aleja del tratamiento a la persona que vive con obesidad es el desconocimiento del personal médico sobre las causas de la obesidad y el manejo emocional, lo que se traduce en regaño, señalamiento y culpabilidad hacia el paciente por su peso, o en la ausencia de resultados en la disminución del peso.

Vázquez Velázquez consideró importante que la población y los profesionales de la salud cuenten con información sobre el daño que puede ocasionar la discriminación y el estigma. Las personas que viven con más peso requieren que quienes les rodean reconozcan a la obesidad como una enfermedad.

Al respecto, Lesly Véjar Rentería, del Centro de investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), afirmó que la obesidad es una enfermedad crónica, compleja, multifactorial, que conlleva a otros padecimientos. Entre ellos, enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión y cáncer.

Los motivos detrás de la obesidad

Las causas del exceso de grasa corporal están ligadas a los determinantes socioeconómicos y comerciales, así como a factores genéticos, hormonales y fisiológicos. A esto se suman el entorno alimentario en el que vivimos y al que estamos expuestos en nuestras escuelas, trabajo, y donde realizamos actividades cotidianas. Por ejemplo, las estrategias de publicidad que influyen en la preferencia y selección de compra y consumo de alimentos.

Coincidió con la especialista del INCMNSZ en que la angustia, culpa, soledad, depresión, ansiedad, baja autoestima y estrés crónico son algunas de las repercusiones mentales por el estigma que sufren las personas con sobrepeso u obesidad.

Expresó que este impacto en la salud mental puede empeorar la salud física y repercutir en que las personas que viven con obesidad eviten realizar actividad física y en que las orille a tener conductas alimentarias poco o menos saludables.

Puntualizó que es necesario sensibilizar y concientizar a la sociedad, profesionales de la salud y a quienes desarrollan políticas públicas para cambiar la narrativa en torno a la obesidad, a quitar la carga de la responsabilidad volcada únicamente sobre las personas que viven con obesidad y no dejar de lado que hay factores que salen del control personal y, por tanto, se deben hacer cambios a nivel estructural y de política pública.

 

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