Durante años, el término “omnicanalidad” ha estado en boca de todas las marcas, agencias y consultores. Sin embargo, en 2025, la diferencia entre quienes lo dicen y quienes realmente lo hacen es más evidente que nunca. Hoy, el consumidor exige una experiencia coherente entre canales. No le importa si empieza en una red social, entra a un e-commerce, recibe un correo, ve un anuncio en TV o visita una tienda física: espera una narrativa integrada, sin fricciones, donde cada punto de contacto tenga sentido con el anterior. Eso es omnicanalidad real.
La inversión lo respalda. Según el último estudio de IAB México, el 60 % de la inversión publicitaria en el país ya es digital, y sigue creciendo. Pero más allá del porcentaje, lo relevante es cómo esa inversión se traduce en experiencias completas. No se trata solo de estar en todos lados, sino de conectar cada canal con propósito, con datos, con inteligencia y, sobre todo, con coherencia.

Un informe en colaboración con Kantar, Meta y Waze reveló que el 70 % de los consumidores mexicanos valora que una marca tenga una presencia integrada entre lo físico y lo digital. Ya no basta con duplicar mensajes. Se trata de construir un solo recorrido, flexible, que pueda iniciar en cualquier canal y cerrar en otro, sin que se pierda el contexto ni el vínculo emocional. Lo digital y lo físico no compiten; se refuerzan.
Ejemplos reales lo demuestran. Por ejemplo, hay campañas que están integrando sensores físicos con plataformas digitales para personalizar en tiempo real la experiencia de compra, uniendo lo que ves en línea con lo que vives en tienda. Por su parte, otras tantas están usando datos propios, IA, video digital y Connected TV, lograron incrementos superiores al 180 % en CTR y mejoras sustanciales en recordación y opinión positiva. Son estrategias que cruzan canales con base en datos reales y obtienen resultados medibles.

Hoy, las marcas que apuestan por una visión omnicanal también enfrentan nuevos retos: medir el funnel completo, adaptar creativamente cada mensaje según el canal, usar inteligencia artificial para segmentar con precisión y, al mismo tiempo, garantizar privacidad y transparencia en el manejo de los datos. No es poca cosa. Pero la tecnología lo permite: desde CRMs robustos y modelos de atribución más precisos, hasta dashboards unificados y personalización dinámica de contenidos, las herramientas están ahí. Lo que hace falta es decisión.
En México, con más de 9 millones de Smart TVs y el 85 % del tiempo de visualización ya en streaming, canales como la Connected TV se vuelven estratégicos. Y cuando se suman al retail media, al video programático y a las activaciones físicas, crean un ecosistema omnicanal potente que empieza a generar verdadero valor.
La omnicanalidad real no es tener muchos puntos de contacto. Es lograr que todos cuenten la misma historia, de manera contextual, coherente y con resultados claros. Quienes lo entienden ya están ganando más que visibilidad: están ganando relevancia.
Héctor Salinas es egresado del CECC Pedregal en la Licenciatura en Marketing y Publicidad. Cuenta con más de 10 años de experiencia en la industria pharma para el desarrollo de campañas y proyectos especiales para las principales farmacéuticas a nivel mundial. Actualmente es CEO de McCANN Health – Sistemas Integrales. AN IPG Health Company, agencia líder en el ramo farmacéutico con productos y marcas que cuentan con líderes en el mercado health.