La salud mental adolescente atraviesa una crisis global: uno de cada siete jóvenes padece algún trastorno mental, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En México, especialistas como María Elena Medina-Mora advierten que la pandemia de la Covid-19 agravó el panorama y que la detección temprana —por parte de docentes y familias— es clave para prevenir la deserción escolar y el suicidio juvenil.
Un problema global con rostro adolescente
De acuerdo con los reportes más recientes del World Mental Health Today y el Mental Health Atlas 2024 de la OMS, más de mil millones de personas en el mundo viven con algún trastorno mental, y uno de cada siete adolescentes (entre 10 y 19 años) enfrenta este tipo de padecimientos. La depresión, la ansiedad y los trastornos del comportamiento son las principales causas de enfermedad y discapacidad en este grupo. El suicidio ocupa la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años (OMS, 2024).
La doctora María Elena Medina-Mora, titular de la Unidad de Apoyo a la Salud Emocional y Psicológica de la UNAM, subraya que los efectos de la pandemia de Covid-19 se manifiestan hoy como una secuela silenciosa entre los adolescentes: “Se calcula que hubo entre un 20 y 30 % de aumento en trastornos mentales”, afirmó.
El confinamiento: pérdida de vínculos y desarrollo emocional interrumpido
Durante el confinamiento, los adolescentes vieron interrumpido su proceso natural de socialización, justo cuando su cerebro atraviesa la llamada poda neuronal, una etapa en la que se refinan las conexiones que serán útiles para la vida adulta. “Los amigos desempeñan un papel esencial en el desarrollo; regresaron a clases sin haber experimentado relaciones personales”, explicó Medina-Mora.
A esto se sumó la violencia intrafamiliar y la ansiedad económica: muchos jóvenes temían no poder continuar sus estudios ante la inestabilidad laboral de sus padres. “Encontramos que los alumnos tenían miedo por el tema económico, no sólo por la Covid. Temían que sus padres no pudieran pagar su estancia en Ciudad de México”, apuntó.
Edad crítica: los 15 años
La especialista identifica los 15 años como una edad clave en la aparición de enfermedades mentales. En los bachilleratos de la UNAM, los casos de depresión y ansiedad casi se duplicaron entre 2023 y 2024.
El aislamiento digital, el uso excesivo de redes sociales y la exposición a información inexacta han sido detonantes adicionales. “La información que se publica no siempre es veraz, y eso influye en su autopercepción y autoestima”, añadió.
Educación digital y formación docente: la nueva línea de defensa
Medina-Mora destaca la urgencia de formar a profesores y tutores para que identifiquen señales tempranas de alerta: aislamiento, bajo rendimiento, irritabilidad o llanto constante. “El 51 % de las personas que tendrán una enfermedad mental en su vida ya presentó síntomas en la adolescencia o edad adulta temprana”.
Propone incorporar la educación digital interactiva como herramienta de prevención: clases más dinámicas, uso pedagógico de videojuegos y espacios de convivencia dentro y fuera del aula. “Los estudiantes ansiosos no pueden concentrarse; es fundamental volver a un entorno de bienestar y apoyo”, enfatizó.
Caso comparativo: Corea del Sur y su estrategia nacional de salud mental juvenil
Corea del Sur, uno de los países con las tasas más altas de suicidio juvenil en la OCDE, implementó en 2023 un Programa Nacional de Detección Temprana de Riesgos Psicológicos en escuelas secundarias. La iniciativa combina evaluaciones psicológicas digitales, tutorías personalizadas y redes de apoyo entre pares.
El modelo coreano muestra que la detección temprana y el acompañamiento familiar y docente son pilares eficaces para reducir la incidencia de depresión adolescente. México podría adaptar estrategias similares mediante la coordinación entre la Secretaría de Educación Pública, universidades y sistemas de salud mental.
La corresponsabilidad del entorno
La crisis de salud mental adolescente no es solo un problema médico, sino un reto educativo y social. Los profesores son el primer punto de observación; los padres, la primera línea de apoyo. La formación emocional en la escuela y la familia se vuelve imprescindible para revertir el impacto generacional de la pandemia.
“Necesitamos que los estudiantes regresen a un escenario de bienestar, y sobre todo, disminuir la deserción. Si entra un estudiante, debe recibir apoyo para terminar la carrera”, concluyó Medina-Mora.
📊 Datos clave
- 1 de cada 7 adolescentes padece un trastorno mental (OMS, 2024).
- +30 % de incremento en casos tras la pandemia (UNAM, 2025).
- Suicidio: tercera causa de muerte entre jóvenes de 15 a 29 años (OMS).
- 51 % de los adultos con enfermedades mentales tuvo síntomas desde la adolescencia.
