De acuerdo con diversos expertos, si existe un tema del que se discute realmente poco en las revistas especializadas, son las relaciones comunicativas entre los profesionales de la salud.

Un artículo publicado recientemente en Psychotherapy and Psychosomatics menciona al respecto, que la atención médica actual requiere una colaboración efectiva entre los proveedores de servicios de la salud.

La comunicación deficiente puede conducir a resultados pobres del paciente. Aunque se ha puesto énfasis en la comunicación interprofesional (particularmente entre médicos y enfermeras) en el sistema de salud, poco se ha escrito sobre los problemas de comunicación dentro de la profesión médica.

Según la investigación, actualmente en medicina no existe un término que describa o identifique a los profesionales de la salud alterados o que mantengan problemas con otros colegas.

Esta clase de médicos por lo general con calificados como profesionales que no pueden realizar sus tareas profesionales, a menudo debido a problemas que incluyen enfermedades mentales o físicas, o cuyos comportamientos intimidatorios y perturbadores, incluidas acciones manifiestas como estallidos verbales y amenazas físicas, comprometen la atención y el bienestar de sus pacientes.

Los autores de la investigación sostienen que los problemas de comunicación entre el personal médico se originan a partir de patrones estables de comportamiento negativo por parte de los mismos médicos, una situación que los psiquiatras llaman trastornos de la personalidad y/o cuestiones situacionales relacionadas con la confianza, el juicio clínico y las interacciones con los consultores.

Los médicos pueden identificar a esta clase de colegas difíciles de tratar; sin embargo, casi nunca escriben sobre ellos debido a que su ética inculca el respeto a otros profesionales de la salud como si fueran miembros de una hermandad o de una familia. Además, siguen un patrón de educación médica que se denomina ‘aprendizaje tácito’ de un médico mentor, pero no incluye cuestionar cómo piensan los médicos. Sin embargo, reportar “doctores con problemas” con una psicosis obvia o signos de adicción es una responsabilidad directa y clara para sus colegas.

Los autores del artículo mencionan que esta clase de problemas derivados de procesos difíciles de comunicación requieren soluciones integrales, sobre todo en aquellos médicos con trastornos de personalidad.

Las instituciones y las autoridades de salud de todo el mundo deberían poner más atención a este tema pues de lo contrario los problemas entre médicos terminarán afectando a los pacientes.

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