La salud bucal ha sido tradicionalmente abordada como una dimensión aislada del bienestar general. Sin embargo, en las últimas décadas, la evidencia científica ha demostrado que existe una relación estrecha y bidireccional entre la salud de la boca y diversas enfermedades sistémicas. En otras palabras, una boca enferma no solo afecta la calidad de vida, sino que también puede ser un factor de riesgo para problemas de salud mayores.
La enfermedad periodental es una de las más importantes dentro de la salud bucal
La enfermedad periodontal (infección e inflamación de los tejidos que rodean los dientes) es uno de los ejemplos más claros. Diversos estudios han vinculado la periodontitis con enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, complicaciones en el embarazo, enfermedades respiratorias crónicas e incluso deterioro cognitivo. Las bacterias que se acumulan en la cavidad oral pueden entrar al torrente sanguíneo, provocando inflamación sistémica y favoreciendo el desarrollo o la agravación de estas patologías.
Por ejemplo, en pacientes con diabetes, se ha observado una relación de doble vía: la hiperglucemia favorece la progresión de la enfermedad periodontal, y a su vez, la periodontitis puede dificultar el control glucémico, creando un círculo vicioso que complica el manejo clínico. En el caso de las enfermedades cardiovasculares, la inflamación crónica de origen bucal puede contribuir a la formación de placas ateroscleróticas, aumentando el riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares.
También tienen impacto directo en la autoestima, nutrición y salud mental
Además, una salud bucal deficiente puede tener impacto indirecto en la nutrición, la autoestima y la salud mental, especialmente en personas mayores o con enfermedades crónicas. La pérdida de piezas dentales, el dolor al masticar o la halitosis pueden limitar la alimentación, el habla y la interacción social.
Por todo esto, es fundamental promover una visión integral e interdisciplinaria del cuidado de la salud, donde odontólogos, médicos y otros profesionales trabajen de forma coordinada. La prevención, el control de infecciones orales y los chequeos regulares no solo ayudan a mantener una buena salud bucal, sino que también pueden ser claves en la prevención o el manejo de enfermedades sistémicas.
Cuidar la boca no es solo una cuestión estética o funcional: es una parte esencial del bienestar general y un componente activo en la promoción de una salud integral y sostenible.