Los trabajadores agrícolas desempeñan un papel fundamental en la seguridad alimentaria de México, pero con frecuencia enfrentan condiciones laborales que afectan gravemente su salud. La salud ocupacional en el sector agrícola es un tema urgente y muchas veces invisibilizado, a pesar de los numerosos riesgos que implica esta actividad.
Riesgos más comunes en los trabajadores agrícolas
Los trabajadores agrícolas están expuestos a una combinación de factores físicos, químicos, biológicos y psicosociales que ponen en peligro su bienestar. Entre los más comunes se encuentran:
- Exposición prolongada al sol, que puede causar deshidratación, insolación y aumentar el riesgo de cáncer de piel.
- Uso de agroquímicos, como pesticidas y fertilizantes, sin la protección adecuada, lo que puede provocar intoxicaciones agudas y daños a largo plazo en órganos vitales.
- Lesiones musculoesqueléticas, causadas por posturas forzadas, carga de peso y movimientos repetitivos.
- Enfermedades respiratorias, derivadas del polvo, humo de quema agrícola o partículas químicas.
- Falta de acceso a servicios médicos, lo que agrava problemas de salud menores y retrasa diagnósticos importantes.
Además, factores como jornadas extensas, salarios bajos y falta de contratos formales aumentan el estrés y deterioran la salud mental de los trabajadores del campo.
Medidas preventivas clave
Mejorar la salud ocupacional en el sector agrícola requiere un enfoque integral que incluya prevención, educación y políticas públicas. Algunas medidas esenciales incluyen:
- Uso de equipo de protección personal (EPP) como guantes, mascarillas, gafas y ropa adecuada para reducir el contacto con sustancias tóxicas y la exposición solar.
- Capacitación constante en el manejo seguro de agroquímicos, ergonomía básica y primeros auxilios.
- Pausas programadas e hidratación constante, especialmente en temporadas de calor extremo.
- Supervisión médica periódica y campañas de salud itinerantes que lleguen hasta las zonas rurales.
- Promoción de condiciones laborales justas, con contratos legales, acceso a seguridad social y respeto a los derechos laborales.
Garantizar la salud de los trabajadores agrícolas no solo es una cuestión de justicia social, sino también de sostenibilidad del sistema alimentario. Cuidar a quienes cultivan nuestros alimentos es cuidar la salud de todo un país. Visibilizar sus riesgos y tomar medidas concretas es responsabilidad de todos: empleadores, autoridades y sociedad.