Con más de 8 millones de muertes al año, el cáncer se ha convertido en una de las enfermedades de mayor incidencia en todo el mundo, por lo cual es bastante probable que dentro de las consultas que ofreces al día debas atender al menos a un paciente que sufre de este problema.
En este sentido, de acuerdo con información presentada durante la Cumbre Mundial de Líderes contra el Cáncer (WCLS), realizada en la Ciudad de México el año pasado, los cánceres más mortales son los de pulmón, mama, colon, próstata y recto. Sin embargo, no todos los tumores presentan la misma tasa de mortalidad que los antes mencionados y, por el contrario, existen otras muchas neoplasias con índices de mortalidad demasiado bajos.
Con lo anterior en mente es que un equipo internacional de especialistas, entre los que se encuentra la psicóloga australiana Kirsten McCaffery, han propuesto dejar de llamar cáncer a los tumores que cuentan con las tasas de mortalidad más bajas, pues lejos de ayudar en el tratamiento de los pacientes, en muchas ocasiones el sólo hecho de escuchar la palabra “cáncer” tiene un impacto negativo en la parte emocional del paciente.
El uso actual de la palabra cáncer está provocando que muchos pacientes opten por someterse a tratamientos innecesarios que en ocasiones tienen severos efectos secundarios, además de todas las consecuencias que se registran en el aspecto emocional y psicológico.
De esta forma, dentro de la propuesta se incluye que el cáncer de tiroides papilar, el carcinoma ductal in situ y algunos tumores en el pulmón y riñón sean catalogados con un término distinto debido a que muchas lesiones no se comportan como cáncer e inclusive provocaría que el médico pudiera emplear tratamientos menos agresivos con sus pacientes.