Durante las últimas décadas ha existido un cambio radical en la relación entre el personal médico y los pacientes. Hoy las revisiones ya no sólo son presenciales sino que se pueden llevar a cabo a distancia. Todo es posible gracias al surgimiento de la telemedicina porque ha transformado por completo la salud.
Esta modalidad tiene alrededor de 40 años disponible aunque fue a partir del 2020 cuando tuvo un aumento exponencial. Todo fue consecuencia de la pandemia y el temor generalizado de acudir directamente a hospitales y clínicas.
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¿Qué es la telemedicina?
De forma resumida la telemedicina consiste en utilizar tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para brindar servicios de atención médica a distancia. De esta forma, los médicos pueden ofrecer consultas, diagnósticos, tratamientos y monitoreo a pacientes que no se encuentran en el mismo lugar físico.
Para comprender su impacto, tan sólo durante el 2024 más de 116 millones de personas en el mundo accedieron a consultas médicas en línea, lo que representa casi el doble de los registros de 2019.
¿Cuánto vale la telemedicina dentro de la salud?
Por una parte, la telemedicina es una valiosa modalidad para cuidar la salud de las personas sin la necesidad de estar en el mismo espacio físico. Al mismo tiempo, se trata de una modalidad que está en constante aumento.
De acuerdo con las proyecciones, el mercado global de la telemedicina superará los 380 mil millones de dólares en 2030, con América del Norte como la región con mayor participación. Estas cifras reflejan que la consulta médica a distancia ya no es una alternativa, sino parte integral de la práctica clínica moderna.
Principales beneficios de la telemedicina
- Acceso a atención en zonas rurales.
- Reducción de costos y tiempos hospitalarios.
- Menor riesgo de contagios.
- Posibilidad de colaboración entre especialistas a miles de kilómetros.
Un caso de éxito del uso de la telemedicina
Un ejemplo reciente de sus beneficios muestra hasta dónde puede llegar este modelo. En junio de 2025, un cirujano en Florida realizó a distancia una prostatectomía, procedimiento quirúrgico en el que se extrae parcial o totalmente la glándula prostática para tratar cáncer u otras afecciones.
La operación se llevó a cabo en un paciente en Luanda, Angola, a casi 11,000 kilómetros de distancia, mediante tecnología robótica y conectividad de alta velocidad. Fue la primera telecirugía de este tipo autorizada por la FDA en África, y el paciente recibió el alta médica sólo tres días después.
Estos avances implican también nuevas competencias para los médicos: dominio de plataformas digitales, comunicación empática en entornos virtuales, formación ética en el manejo de datos y criterio clínico para determinar cuándo un caso requiere atención presencial.
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El papel de la IA dentro de la medicina
La inteligencia artificial (IA), se suma como aliada: ya se emplea en triaje digital, monitoreo remoto y apoyo al diagnóstico, con la ventaja de aligerar cargas administrativas y mejorar la precisión. Su aplicación requiere preparación especializada, pues también plantea riesgos vinculados a la calidad de los datos y a la confianza de los pacientes.
La telemedicina y la inteligencia artificial ya no son una visión futurista, sino herramientas que están transformando la atención médica en el presente. Su incorporación plantea nuevas competencias que los médicos deben asumir desde su formación, no como complemento, sino como parte esencial de la práctica clínica.
“Preparar médicos hoy significa enseñarles a usar la innovación tecnológica para ampliar su alcance y fortalecer la práctica clínica, sin perder de vista que la relación humana sigue siendo el núcleo de la profesión”, comenta el Dr. Alberto Lifshitz, director académico de Saint Luke.
En México, la telemedicina está tomando relevancia, claro ejemplo es la plataforma del IMSS Digital y el programa Salud Digital, los cuales permiten a comunidades alejadas del sur del país, que reciban consultas especializadas sin interrumpir su vida cotidiana.
A nivel internacional también hay casos de éxito en telemedicina, los cuales han demostrado que estas plataformas reducen hospitalizaciones y mejoran el manejo de enfermedades crónicas. Es momento de empezar a ver sistemas de salud híbridos, capaces de adaptarse a retos demográficos, sin perder el vínculo médico-paciente.