Ante la reciente conmemoración del Día Mundial de la Salud, existen varios puntos que son necesarios analizar. Aunque una promesa del actual gobierno es ofrecer atención y medicamentos gratuitos, existen varias barreras que lo dificultan. En primera instancia se encuentra el aspecto financiero porque existe una inversión mínima en salud.
Ante este panorama, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) presentó un interesante estudio. Se titula Estudio Diagnóstico del Derecho a la Salud 2018 y muestra un panorama general de la salud en nuestro país. Algo que resalta es que el 94.5 por ciento de los mexicanos paga o ha pagado para recibir atención médica privada. Sin duda se trata de una cifra bastante elevada.
Derechohabientes prefieren opciones privadas
Lo anterior incluye tanto a consultorios privados como los anexos a farmacias. Los que más destaca es que muchos de sus pacientes cuentan con la opción de atenderse en la salud pública. Los motivos que los orillan a acudir con un particular son varios, pero los principales son la desconfianza y el ahorro de tiempo.
A decir de la investigación, existen mexicanos que desconfían de la calidad del IMSS e ISSSTE. La situación se presenta principalmente cuando se trata de consultas con especialistas y no tanto en atención general.
Por otra parte, el recibir atención de forma prácticamente inmediata sin tener que formarse durante horas es otra de las razones. Esto provoca que inclusive los derechohabientes de servicios públicos acudan cada vez son más frecuencia a los servicios privados.
Pero existe un aspecto que resulta difícil de comprender pese a lo observado en el trabajo. Si la tendencia es que cada vez más pacientes acuden con servicios privados, entonces el IMSS e ISSSTE deberían mostrar una carga menor de trabajo. La realidad no es así y las unidades públicas lucen saturadas en prácticamente todo el territorio nacional.
¿Y tú consideras que las unidades de salud pública tengan una menor calidad que las privadas?
