Si es difícil que tu hijo se esté quieto o que empiece algo y no lo termine, es probable que padezca el Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Aunque es normal que todas las personas muestren, a veces, estas conductas, si persiste más de 6 mese y causa problemas en el hogar, la escuela y en circunstancias de carácter social deberías acudir al profesional médico para determinarlo.
¿Qué es el TDAH?
Antes de nada, se puede decir que es más común entre los niños que entre las niñas y que, en países como Estados Unidos, afecta a entre el 3 y el 5% de los niños. Sus principales características son:
- Impulsividad.
- Falta de atención.
- Hiperactividad.
Principales causas
No se sabe, a ciencia cierta, cuál es la causa del TDAH. Existe una tendencia familiar, por lo que se podría hablar de que existen factores genéticos que propician su aparición, aunque también hay factores ambientales que podrían influir. Numerosas investigaciones han demostrado que este trastorno puede ser causado por varias cosas, como son:
- Nacimiento prematuro.
- Exposiciones prenatales.
- Lesiones graves en la cabeza.
- Genes y herencia: un niños con TDAH tiene una probabilidad del 25% de tener unos padres con el trastorno. También es probable que otro miembro cercano de la familia, como un hermano, pueda sufrirlo. En muchas ocasiones, el TDAH es diagnosticado en el padre a la misma vez que en el niño.
- Anatomía y función del cerebro: un nivel inferior en las partes del cerebro que controlan la atención y el nivel de actividad puede estar ligado con el TDAH.
Para saber, con total seguridad, como ya hemos dicho, si tu hijo padece TDAH, un profesional médico debería realizar una evaluación completa. Respecto al tratamiento, puede incluir medicinas para controlar los síntomas, terapia o una combinación de ambos. También son fundamentales la estructura del hogar y la escuela y el entrenamiento de los padres puede ayudar también mucho.
