Una constante en la Medicina es la actualización porque nada es eterno. Dentro de las novedades más recientes se encuentra la denervación renal como un tratamiento para ciertas personas con hipertensión arterial. Todavía se encuentra en investigación pero podría convertirse en un procedimiento de utilidad para millones de pacientes.
En primera instancia la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que hay 1.3 millones de personas con hipertensión arterial a nivel global. Lo más grave es que muchas no lo saben o tardan años en recibir un diagnóstico profesional.
A partir de lo anterior se obtiene que prácticamente 1 de cada 3 adultos en el planeta tiene dicho padecimiento. Con este panorama es realmente un problema de salud pública mundial y cada vez afecta a más personas.
¿La hipertensión arterial tiene cura?
Lo primero y más importante que se debe dejar en claro es que hasta el momento no existe una cura definitiva contra la hipertensión arterial. Los pacientes con el padecimiento deben seguir un tratamiento farmacológico de por vida.
Aunque ahora, gracias a los avances más recientes que se han conseguido, hay un tratamiento que podría ser de utilidad para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
¿Qué es la denervación renal?
La denervación renal es un procedimiento médico mínimamente invasivo que tiene como objetivo reducir la presión arterial en pacientes con hipertensión resistente, es decir, aquellos cuya presión arterial permanece elevada a pesar de tomar tres o más medicamentos antihipertensivos en dosis óptimas.
¿Cómo funciona?
El procedimiento se basa en la ablación (destrucción) de los nervios simpáticos que se encuentran en las paredes de las arterias renales.
Estos nervios desempeñan un papel importante en la regulación de la presión arterial. Una hiperactividad de estos nervios puede contribuir al desarrollo y mantenimiento de la hipertensión.
Durante la denervación renal se introduce un catéter a través de una arteria (generalmente en la ingle) y se guía hasta las arterias renales. Una vez allí se utiliza energía de radiofrecuencia o ultrasonido para cauterizar o interrumpir la actividad de los nervios simpáticos circundantes.
Al interrumpir estas señales nerviosas se busca reducir la liberación de hormonas que elevan la presión arterial y disminuir la retención de líquidos, lo que a su vez debería resultar en una disminución de la presión arterial.
¿Para quién está indicada?
La denervación renal se considera principalmente para pacientes con hipertensión resistente en los que se han descartado causas secundarias de hipertensión y que no han logrado controlar su presión arterial con tratamiento farmacológico y cambios en el estilo de vida.
Resultados y beneficios
- Los estudios que se han realizado han demostrado que la denervación renal puede llevar a una reducción significativa y sostenida de la presión arterial en muchos pacientes con hipertensión resistente.
- En algunos casos, los pacientes pueden lograr reducir el número o la dosis de los medicamentos antihipertensivos que toman.
- Además de la reducción de la presión arterial, algunos estudios sugieren que la denervación renal podría tener efectos beneficiosos en otros aspectos de la salud cardiovascular y metabólica, como la función del ventrículo izquierdo y la sensibilidad a la insulina.
Riesgos y efectos secundarios
Aunque generalmente se considera un procedimiento seguro, existen algunos riesgos asociados con la denervación renal.
- Complicaciones vasculares en el sitio de acceso del catéter (hematoma, pseudoaneurisma).
- Disección o estenosis de la arteria renal (estrechamiento).
- Bradicardia (disminución de la frecuencia cardíaca) durante el procedimiento.
- Mareo transitorio.
- En raras ocasiones puede haber complicaciones más graves.
¿Es un tratamiento médico que se pueda utilizar?
De momento la denervación renal se encuentra en investigación porque cualquier nuevo tratamiento primero debe demostrar que sus beneficios son mayores a sus posibles riesgos.
Inicialmente los resultados han sido prometedores pero algunos estudios posteriores no han mostrado beneficios significativos. Sin embargo, con mejoras en la tecnología y una selección más cuidadosa de los pacientes, estudios más recientes han arrojado resultados más consistentes y favorables.
Finalmente es importante destacar que la denervación renal no es una cura para la hipertensión, sino una herramienta adicional en el manejo de la presión arterial elevada que no responde al tratamiento convencional.
Los pacientes que se someten a este procedimiento aún requieren un seguimiento médico regular y pueden necesitar continuar con algunos medicamentos antihipertensivos.