Durante los últimos años la ciencia ha puesto bajo la lupa a un actor poco visible pero fundamental en la salud metabólica: la microbiota intestinal. Se trata de una comunidad de miles de millones de microorganismos que habitan nuestro sistema digestivo pero lo más importante es que no sólo influye en la digestión, sino que también desempeña un papel clave en el metabolismo, el sistema inmunológico y la regulación del peso corporal.
“El abordaje integral de la obesidad va más allá de las calorías. Hoy sabemos que el desequilibrio en la microbiota intestinal puede influir en la forma en que absorbemos los nutrientes, en la inflamación sistémica y en la regulación del apetito”, explica el Dr. Luis Jesús Dorado, especialista en Nutrición Clínica y Manejo Integral de la Obesidad.
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Pero antes, ¿qué es la microbiota intestinal?
La microbiota intestinal, antes conocida como flora intestinal, es la comunidad de microorganismos vivos (principalmente bacterias, pero también virus, hongos y arqueas) que residen dentro del tracto digestivo, especialmente en el intestino grueso. Se estima que esta comunidad puede pesar hasta 2 kilogramos y es única para cada individuo.
Dichos microorganismos viven en una relación de simbiosis con nuestro cuerpo, lo que significa que ambos se benefician mutuamente. Un equilibrio saludable de la microbiota intestinal es fundamental para el buen funcionamiento de nuestro organismo.
¿Cuál es su participación con el peso corporal?
Diversas investigaciones han encontrado diferencias significativas entre la composición de la microbiota de personas con peso saludable y aquellas con obesidad. Un estudio publicado en Nature identificó que una menor diversidad bacteriana se asocia con mayor riesgo de aumento de peso, inflamación y resistencia a la insulina.
Además un metaanálisis reciente sugiere que intervenir la microbiota a través de dieta personalizada, prebióticos, probióticos o simbióticos podría contribuir a mejorar parámetros como el índice de masa corporal (IMC), el perímetro de cintura y la glucosa en sangre.
“Es un campo en desarrollo, pero cada vez hay más evidencia de que al cuidar nuestra microbiota —con una alimentación rica en fibra, baja en ultraprocesados y con opciones fermentadas naturales— estamos también apoyando el control del peso y la prevención de enfermedades metabólicas”, agrega el Dr. Dorado.
El especialista destaca que, si bien no existe una “microbiota ideal”, los tratamientos nutricionales que promueven su diversidad y equilibrio pueden ser una herramienta eficaz dentro de un plan médico integral para el control del sobrepeso y la obesidad.
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Recomendaciones básicas para una microbiota saludable
- Incrementar el consumo de fibra dietética a partir de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales.
- Evitar el uso innecesario de antibióticos.
- Incluir alimentos fermentados como yogur natural, kéfir, chucrut o kombucha.
- Dormir bien y reducir el estrés, factores que también impactan la microbiota.
- Consultar siempre a un especialista antes de tomar probióticos comerciales.
A partir de todo lo anterior se puede concluir que la microbiota intestinal es un “órgano virtual” esencial que participa activamente en nuestra digestión. Protege contra infecciones, modula nuestro sistema inmune y tiene una influencia significativa en la salud mental y el bienestar general.