Las células madre o también llamadas células progenitoras son células con las que se puede dar lugar a una variedad de tejidos, son células que cumplen una importante función regenerativa. En los laboratorios, los científicos han aprendido a mezclar moléculas de fibras, proteínas y glúcidos para crear un entorno apto para que las células madre puedan desarrollarse y formar un nuevo tejido de reemplazo.
En el campo de la medicina regenerativa se han realizado grandes progresos, en la sustitución de tejido cardíaco dañado, en la regeneración de tejido muscular, y también se ha progresado en la creación de células nerviosas. Muy pronto algunos de estos avances podrían salir del laboratorio y convertirse en tratamientos; otros estudios relacionados con el tema, tal vez tarden muchos años más o incluso puedan fracasar.
La medicina regenerativa es un campo que emerge como esperanza para revolucionar el problema que se tiene debido a la escasez de donantes de órganos, para el tratamiento de los trastornos neurodegenerativos y enfermedades cardiacas y en la restauración de músculos, tendones y otros tejidos dañados.
Los descubrimientos realizados, han demostrado que la clave está en ofrecer al cuerpo una base conformada por varias proteínas, fibras y células, o en realizar la clonación de células madre semi especializadas (que están presentes en el paciente adulto) con lo que el organismo puede tomar el control y reconstruir por sí mismo lo que está dañado.
Con esta intervención se permite que el organismo regenere la cantidad necesaria del tipo de tejido específico, algo que por sí solo no podría lograr. Los tratamientos probados ya han demostrado que se puede reparar corazones enfermos y han ayudado a los cirujanos en la regeneración de músculo dañado.
Los órganos más grandes del cuerpo humano, como el hígado, poseen una notable capacidad de recuperación cuando sufren una lesión. Cuando a causa de un accidente o intervención quirúrgica, se pierde parte de él, el hígado puede recuperar por completo su tamaño y su función, siempre y cuando se conserve inalterada una cuarta parte de él y no presente cicatrices. Lastimosamente, la capacidad auto regeneradora del hígado no existe en otros órganos y tejidos del cuerpo.
No cabe duda de que en el futuro serán notorios los grandes avances en el campo de la medicina regenerativa con ayuda de la biomedicina.
En el campo de la medicina regenerativa, se siguen teniendo las mismas limitaciones de sus inicios en los años cincuenta del siglo XX: la escasa disponibilidad de donantes de órganos compatibles con el paciente.[1]
Afortunadamente los logros de las diferentes disciplinas científicas, como los biomateriales, la bioingeniería y la computación, permiten mejores posibilidades para un futuro próximo y la posibilidad de resolver y corregir la falta de tejidos.
Al final, los órganos y tejidos dañados por las enfermedades, los traumatismos y la edad avanzada, podrían regenerarse con la aplicación de diferentes tratamientos regeneradores.
Con el paso de los años podrán realizarse trasplantes de médula ósea y combatir la leucemia, crear órganos a partir de biomateriales o hallar la curación a enfermedades de origen genético. Los retos que tiene la medicina regenerativa son múltiples, por lo que no cesan las investigaciones.
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